lunes, 21 de octubre de 2013

¡VAMPIROS!. Brian Lumley

Portada del libro ¡Vampiros!, de Brian Lumley
Edición en español (1991)
-A la vez, metafísica y chapoteo en hemoglobina.-       

Género. Narrativa fantástica.

Lo que nos cuenta. En el libro ¡Vampiros! (publicación original: Vamphyri!, 1988), el asalto de guerreros tártaros muertos hace mucho tiempo al château Bronnitsy, con Harry Keogh comandándolo, ha dejado muchos cadáveres y la Organización E prácticamente descabezada. El jefe de gobierno de la URSS llama a uno de los supervivientes, Felix Krakovitch, para que comience a reorganizar inmediatamente la organización y busque nuevos miembros. En Gran Bretaña, la INTPES decide proteger al hijo recién nacido de Harry Keogh, del que hace tiempo que no saben nada. En un lugar indeterminado, bajo tierra, algo con casi 1.000 años de antigüedad comienza a recordar sus tiempos como guerrero voivoda valaco al servicio del príncipe Vladimir en Kiev y cómo llego a conocer a Faethor Ferenczy. Segundo libro de la serie Crónicas necrománticas y que necesita de la lectura del primero para tener cierto sentido.

Mi opinión. Novela que continúa a las pocas horas del fin de la trama contada en El que habla con los muertos, para luego avanzar y retroceder por diferentes momentos de la historia para contarnos más sobre los orígenes y destinos de varios personajes, de trama que sigue mezclando espionaje, capacidades extrasensoriales, Guerra fría, vampiros y entes incorpóreos dando cada vez explicaciones más “fantásticas” a los fenómenos y que va creando un trasfondo de identidad muy propia en el género (más allá de que guste o no), de personajes suficientes, pero divididos entre malos malísimos y buenos bastante majos, con bastante acción cercana al gore en algún momento, por lo que se acerca al horror, que sigue manejando el sexo de forma muy particular y definitivamente curiosa por los manejos tan propios que ofrece al lector.

Destacado. Un tipo de vampiro con comportamientos poco habituales en la narrativa de su época.

Potenciales evocados. Una mezcla de atmósferas de Declara, pero sin la parte dimensionalmente ciclópea, junto con mucha de la delicadeza y sutileza (...) de los vampiros de La luz al final del túnel.

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