-Muestra bastante representativa de los gustos en
el género hace treinta años.-
Edición en español (1993) |
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta. El libro Horror 1. Lo
mejor del terror contemporáneo (publicación original: The Dodd, Mead
Gallery of Horror, 1983) es una antología de relatos de terror, no todos inéditos para esta publicación, seleccionados
por Charles L. Grant, y que tocan temas muy diversos que van del enfrentamiento
con amenazas sobrenaturales populares, un cuartito en el que se manifiesta el
mal, un insecto que empeora un problema doméstico, varios tipos de vampiros,
los problemas de un centro médico para el tratamiento de la Hebefrenia
Licantrópica avanzada, la inspiración de un escritor y la tensión de un cazador
de vampiros bajo presión, entre otros. Libro también conocido como Horror,
a secas, en otras ediciones.
Mi opinión/Destacado/Potenciales evocados.
- Algo
repelente (William F. Nolan, 1983): el autor, más famoso por su trabajo
en la ciencia ficción, comienza jugando con los miedos del lector adulto y
desarrolla la trama con simpleza hasta ofrecer un final que se ve venir.
- El patio trasero de
Canavan (Joseph Payne Brennan, 1958): cuidado y sosegado relato, con
reminiscencias del H. P. Lovecraft al que tanto admiró el escritor, sólido y
sin sorpresas.
- El
gusano conquistador (Stephen R. Donaldson, 1983): relato de humor
negro, lejano a los trabajos de fantasía por los que tan conocido es el autor,
que juega muy bien con los tiempos y los personajes para lo corto de la
propuesta.
- ¡Muerte
al Conejito de Pascua! (Alan Ryan, 1983): tema tan original como
inesperado, que se adelantó a algunas propuestas de Andrzej Sapkowski por
muchos años y resulta bastante inquietante.
- El cuarto de goma
(Robert Bloch, 1980): muy bien construido en lo técnico, muy del estilo del
escritor, que seguro que le gusta mucho a Martin Mundt y a caballo entre la
atmósfera y el efecto.
- Petey
(T. E. D. Klein, 1979): costumbrismo de la clase media norteamericana,
diferente al resto de relatos, que toma unas decisiones narrativas osadas y que
dividirá las opiniones de los lectores.
- Destemple
(Bernard Taylor, 1983): trama muy bien manejada mediante lo sugerido y
pensado, más que sobre lo obvio, con manifestaciones bastante bien logradas de
la psicología de la protagonista a través de sus actos y con mucho humor negro
que tendría cabida en Alfred Hitchcock presents si el programa
fuese más fantástico.
- El
club del sol (Ramsey Campbell, 1983): muy Campbell, trabajado
con cuidado en las formas y de fondo disperso, de atmósfera tensa y resultado
bamboleante.
- Entre
los muertos (Gardner Dozois y Jack Dann, 1982): localización poco
habitual en el género, narrado con tensión, que provoca choque de emociones y
que puede recordar, de forma extraña, a momentos de Los vampiros de la mente.
- El chino loco
(John Coyne, 1983): desasosiego logrado desde varias perspectivas,
incómodo y de tendencias surrealistas.
- Bebés
grávidos (Michael Bishop, 1983): otra muestra de humor negro, pero sin
efectismos, de un autor más conocido por su ciencia ficción, de estructura
narrativa diferente por completo al resto de obras de la antología y bastante
imaginativa e inteligente.
- La
silla (Dennis Etchison, 1983): más inquietud que terror, con mezcla de
varios temas y sensación de haber necesitado un repaso antes de unirse a esta
recopilación.
- La máquina de
escribir (David Morrell, 1983): trabajo inesperado, al menos para mí,
por los caminos narrativos más conocidos del escritor, de excelente ritmo y
construcción, muy logrado y que estoy seguro que le gustaría haber escrito al
propio Stephen King.
- Nunc Dimittis
(Tanith Lee, 1983): quizás el relato más sensible de toda la antología, sin
que por ello pierda ni un ápice de su potencia, evocador, cálido desde la
frialdad y que nos puede hacer pensar en una revisión de El ansia pero
con otras intenciones.
- Pordioseros
(Steve Rasnic Tem, 1983): otro de los ejercicios con tendencias
surrealistas de la antología, muy personal pero diferente al tono general de
los relatos.
- En
las tinieblas, ángeles (Eric van Lustbader, 1983): de tono gótico, con
muchos de los clichés del autor, se ve llegar el giro argumental desde el
comienzo.
- Las
flechas (Chelsea Quinn Yarbro, 1983): relato diferente a los trabajos
más conocidos de la escritora, de atmósfera H. P. Lovecraft pero resultados Yukio
Mishima en lo “visual”.
- Talento
(Theodore Sturgeon, 1953): seco y filoso como es común en mucha de la
producción del autor, por más que toque el tema de la infancia, pero más
efectista de lo que uno esperaría de Sturgeon.
- Siempre
al corazón (Craig Shaw Gardner, 1983): curiosa vuelta de tuerca al tema
de los cazadores de vampiros, que lleva al lector con cuidado hasta donde lo
quiere llevar.
- Nona
(Stephen King, 1979): relato menor del conocido escritor, de buen ritmo
pero que adelantó por bastantes años los problemas con el cierre que acabarían
haciéndose marca de la casa.