Género. Novela histórica.
Lo que nos cuenta. En el libro El anillo de Atila (publicación original: 2004), el Preboste Pablo Orosio, aparentemente con la intención de
escribir algún texto de historia, contacta por carta con el Senador Severo, ya
anciano, que fue testigo de excepción de los hechos posteriores a la entrada de
las tribus germánicas en el Imperio Romano en 406, incluyendo la toma de las
diferentes provincias por los bárbaros, la ascensión de Aecio, la campaña de
Atila y la muerte de Valentiniano. Este es el relato de los recuerdos de
Severo.
Mi opinión. Algo menos de cincuenta convulsos (y
apasionantes) años en la historia de un Imperio Romano que se desmoronaba, novelados
en algo más de 300 páginas con un estilo dignamente monocorde, que reparte
culpas y centra éxitos (los pocos que hay), y que sin alejarse del todo de la
historia que conocemos sí que la cambia en cuanto a los protagonistas de algún
episodio y en cuanto a la forma en que se produjeron, todo por el bien de la
novela. Pero a pesar de lo que diga el
título, Atila es mucho menos protagonista que otros y el anillo no es ni un Macguffin.
Destacado. Cómo se afronta la escena de la conversación
entre León I y Atila, o cómo hacer gol esquivando la pelota.
Potenciales evocados.
Más cortesano y mucho menos épico que Napier; menos
bélico y más realista que Dietrich; menos caprichoso que Michael Curtis Ford.