-Trabajando el (sub)género con estilo y formas poco habituales en su tiempo.-
Género. Ciencia ficción.
Edición en español (1992) |
Mi opinión. Sencilla y logradísima obra, que ha envejecido muy bien, que puede generar sensaciones uróboros desde nuestro medievo histórico y desde su sociedad posapocalíptica en desarrollo durante bastantes siglos, pero que también puede generar debate e incluso desapego en algunos lectores por su posicionamiento en la lucha entre religión y ciencia si no son capaces de recordar que es una novela de ciencia ficción y que además juega muy bien con ambos conceptos hasta el mismísimo final, dejando en el aire qué glorificaba y sobre qué ironizaba, de ritmo lento sin regularidad, pero muy adecuado para lo que nos quiere contar, que localiza muy bien al lector en la propuesta, en la que suceden muchas cosas, pero hay poca “acción”, narrada en tercera persona omnisciente y con pocos personajes principales y sí muchos secundarios, con pasajes muy potentes desde el punto de vista descriptivo y reflexivo, pero no así toda la narración, y que aviso que no es para todos los paladares lectores.
Destacado. Que, aunque la temática era recurrente en su tiempo, el manejo del asunto por parte del autor resultó muy diferente al habitual.
Potenciales evocados. Momentos Fundación por el tratamiento de la religión como herramienta política, alternados con otros que podrían explicar cómo se acabó corrompiendo la religión que llevó a ¡Hágase la oscuridad!, y otros que recuerdan a conceptos de De cómo los irlandeses salvaron la civilización llevados a otro (sub)género.