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| Edición en español (2010) |
-Más épica generalizada hasta parecer tan habitual como común.-
Género. Narrativa fantástica.
Lo que nos cuenta. En el libro Las puertas de la casa de la muerte (publicación original: Deadhouse Gates, 2000), la emperatriz Laseen ya lleva diez años en el poder, pero no todos sus súbditos son leales. Mappo Runt acompaña a Icarium en su viaje en busca de respuestas. En Siete Ciudades los insultos sociales y políticos soterrados contra la emperatriz y sus representantes son continuos, un síntoma de que algo más serio se está preparando. Hacía allí van antiguos miembros de los Abrasapuentes, ahora en contra de la emperatriz. Segundo libro de la serie Malaz: El libro de los caídos.
Mi opinión. Continuación de la larguísima saga en la que, aunque el autor trata de centrarse un poco más (y lo consigue), el resultado todavía es bastante confuso, plagado de personajes interesantes en situaciones emocionantes y “visualmente” atractivas, pero cuya línea de continuidad está en entredicho, que sigue dejando sin respuesta una enorme cantidad de preguntas que solo el escritor propone, cada vez más entretenido, de ritmo irregular con tendencia a lo rápido, discutible en cuanto a lo técnico, que sigue basándose en las atmósferas en las que se mueven personajes de motivos que no siempre se conocen (y puede que ni existan, sospecho) y al lector le “mueven el tapete” todo el tiempo, que transcurre en un mundo cuyo trasfondo se intuye espectacular sin presentarse como un “todo”, más disperso que complicado y sin duda con estilo más que propio.
Destacado. Cada vez más ambicioso, cada vez más personajes, cada vez más poderosos.
Potenciales evocados. Trabajo muy personal que mezcla a un Glen Cook mucho más fantástico, a un Michael Moorcock más realista, a un Steven Brust menos humorístico, al Brandon Sanderson de El camino de los reyes y puede que más imaginativo incluso, pero con menos estilo y peor narrador, e incluso a Paul Hoffman, pero más disperso; módulo de rol narrativo llevando el trabajo de Margaret Weis y Tracy Hickman a las tendencias del nuevo siglo desde una óptica propia.