-Más literatura
que ejercicio de (sub)género, muchísimo más.-
Edición en español (2007) |
Lo que nos cuenta. En el libro La piel fría (publicación original: La pell freda, 2002) y poco después de la Primera guerra mundial, nuestro protagonista (quien formó
parte, en el bando republicano, de las luchas durante el Levantamiento de
Pascua en Irlanda del Norte) llega a una remota isla en el sur del océano para
tomar, durante un año, las labores de medición meteorológica en el lugar. En la
isla no se encuentra la persona a la que debe reemplazar y el otro único ser
humano es el encargado del faro, alguien extraño y reacio a comunicarse.
Cuando llega la noche, otros habitantes del lugar se muestran.
Mi opinión.
Libro que, con instrumentos de narrativa fantástica y horror en apariencia,
ofrece una obra en la que la literatura pulsa por sus cuatro costados, tanto
por los referentes más o menos obvios de su contenido y derivas como por el
cuidado formal y el estilo depurado que luce, que constituye una novela más de
“viaje” que de “destino”, que además se acerca más a los “cómo” y los “quizá”
que a casi cualquier clase de “qué” rotundo, de buen ritmo en todo momento y,
además, sin abandonar lo reflexivo de la propuesta (por más que haya “acción”),
que prefiere mostrar a decir (algo estupendo, en mi opinión) y, así, el lector
es parte activa con mucha frecuencia, lleno de retratos (tanto directos como
metafóricos) del ser humano desde sí mismo o desde “otros”, oscuro de muchas
maneras, llamativo y bastante interesante.
Destacado. La
cantidad de temas de fondo que son tocados, además de los obvios y directos.
Potenciales
Evocados. Un cruce entre los ambientes narrativos de Soy leyenda y la cotidianidad en la isla de Robinsón Crusoe, más
pequeña e inhóspita, pero visitada por unos Profundos algo particulares y
narrada con unos tonos que podrían recordar a El desierto de los tártaros (de la que hablaremos en unos meses), aunque más tensos y actualizados, pero menos "poéticos".