sábado, 14 de febrero de 2015

CTHULHU 2000. Varios autores

Portada del libro Cthulhu 2000, de varios autores
Edición en español (2000)
-Variado e irregular.-

Género. Relatos.

Lo que nos cuenta. El libro Cthulhu 2000 (publicación original: Cthulhu 2000, 1999), y en forma de antología, ofrece un homenaje a Lovecraft, sus creaciones, mundos, mitos, conceptos y criaturas, desde perspectivas más actuales que las que ofreció el autor en su momento (que no contemporáneas a nosotros en todos los casos) y que nos llevarán a descubrir algo increíble de la mano de una editora en jefe, a conocer a unos diletantes y experimentadores jóvenes, a saber más de la situación en una Guerra fría bastante particular, a acompañar a un detective privado en una investigación nada común, al hallazgo de una copia del Necronomicón, al contacto entre una prostituta y un cliente atípico y a vivir el enamoramiento de un joven, entre otras situaciones.

Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.

    - Los Barrens (F. Paul Wilson, 1990): trabajo también conocido como Los páramos, ya reseñado en El legado de Lovecraft.

   - El módem de Pickman (Lawrence Watt-Evans, 1992): homenaje ya desde el propio título, que ofrece una trama sencilla que trae conceptos de Lovecraft a la interacción social virtual que conocemos desde hace unos años.

   - El pozo número 247 (Basil Copper, 1980): relato que, sin problema, puede vivir fuera de esta recopilación ya que su recuerdo de Lovecraft es más ambiental que directo, con una trama en la que se intuye una distopía importante, pero apenas la entrevemos.

  - Su boca sabrá a ajenjo (Poppy Z. Brite, 1990): otro relato que no tiene razón de ser solo en esta antología y que supone un ejemplo clarísimo de lo que esta autora propuso en su momento (cánones y estilismos formales góticos, pero cargados de drogas y sexo para traerlos a nuestro tiempo).

  - La víbora (Fred Chappell, 1989): curioso rumbo para un elemento fundamental en el universo de Lovecraft mientras también homenajea a otro autor distinto por completo.

   - Fat Face (Michael Shea, 1987): relato malsano, logrado en lo incómodo, que toma a una criatura muy conocida dentro del cosmos literario de Lovecraft y la pone en un contexto inesperado, pero en el que funciona bien, por más que deba tomarse libertades al suponer su carácter.

   - El pez gordo (Kim Newman, 1993): trabajo que hace uso de un evento real en la costa oeste norteamericana no mucho después de los acontecimientos de Pearl Harbor, que sitúa de maravilla al lector en tiempo y espacio con una enorme cantidad de detalles que pueden hasta pasar desapercibidos, con momentos que nos hacen pensar en Cast a Deadly Spell, pero mucho más controlados.

  - “Lo había arrugado despreocupadamente en mi bolsillo… ¡Pero por Dios, Eliot, era una fotografía de la vida!" (Joanna Russ, 1994): otro de los relatos que pueden vivir fuera de la idea de base de la antología, muy bien escrito, evocador y agradable de leer.

   - H. P. L. (Gahan Wilson, 1990): otro de los trabajos ya reseñados en este blog, también en la recopilación El legado de Lovecraft.

   - El inimaginable (Bruce Sterling, 1991): uno de los relatos más cortos de la antología, uno de los que más destaca por los rumbos e ideas que decide proponer al lector y que nos ofrece una reinterpretación bastante especial de la Guerra fría.

   - El negro con una trompeta (T. E. D. Klein, 1990): relato que usa una atrevida primera persona del singular para homenajear de varias maneras simultáneas a Lovecraft, sus estilismos y sus creaciones.

   - El arcano filtro del amor (Esther M. Friesner, 1990): trabajo que decide dar la vuelta a muchos conceptos del autor y su producción, con momentos muy graciosos, que a la vez da un pequeño repaso malévolo al mundo editorial y que incluso homenajea también a un amigo de Lovecraft.

    - La última fiesta del arlequín (Thomas Ligotti, 1990): un relato más de los que pueden vivir fuera de la antología y que homenajean de lejos al autor, por más que detallitos aquí y allá traten de aumentar esa impresión.

   - La sombra en el umbral (James P. Blaylock, 1986): relato que recurre al homenaje estilístico, sobre todo, por mucho que trate de sugerir otras cosas, sencillo y correcto.

   - Señor de la tierra (Gene Wolfe, 1990): también conocido como El señor de la Tierra e igualmente reseñado con anterioridad en El legado de Lovecraft.

  - Los rostros de Pine Dunes (Ramsey Campbell, 1980): homenaje a una de las facciones más conocidas en el imaginario de Lovecraft, escrito de manera competente y que logra el resultado que busca.

  - Sobre la losa (Harlan Ellison, 1981): otro relato no constreñido al tema de esta antología, aunque haga mínimas alusiones, bastante bien escrito y que decide revisar el mito de Prometeo de una forma particular.

  - 24 vistas del Monte Fuji, por Hokusai (Roger Zelazny, 1985): el relato de toda la antología que, siendo bastante espectacular y ambicioso, menos "lovecraftiano" podría ser desde una concepción purista del asunto, pero de forma simultánea muy interesante y atractivo.

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