Género. Relatos.
Lo que nos cuenta. El libro Peta Z (publicación original: 2013), con el subtítulo No mezclar con refresco de cola, es una antología de once relatos,
todos escritos para la ocasión y fruto de una extraña y desenfadada
tertulia de bar durante la edición del 2012 del festival Celsius 232 en Avilés,
España, que reconstruyen (e incluso llegan a demoler) en clave zombi varias
series de dibujos animados muy populares en los años ochenta, llena de humor
negro, irregular, de cariñosa inmisericordia, variada en desarrollos, con salvaje
saudade y que los editores ofrecen en
descarga gratuita aquí.
Mi opinión/Destacado/Potenciales evocados.
- Battle Royale (Victor Blázquez): retransmisión deportiva, salpicada con el relato de los sucesos desde
el propio campo de ¿juego? ¿exterminio? ¿masacre?, que reinterpreta Campeones: Oliver
y Benji (Supercampeones para otros de ustedes) desde una perspectiva
distópica que homenajea de manera simultánea a Koushun Takami, con toques de BloodBowl Z y con mucho ritmo.
- Cuando lo que de amoroso
tiene el oso no resulta nada hermoso (Ignacio Cid Hermoso): salvajada
hilarante, quizás la más extrema de todas por la contraposición entre lo
homenajeado y lo planteado, que al menos a mí me generó bastantes sonrisas y que
puede sugerir un Amberville de acción zombi y bastante gore.
- Z de Mazinger (Daniel P. Espinosa): reinterpretación en clave noir de un
posible futuro de los protagonistas del clásico de los dibujos animados de
robots gigantes, con un Koji Kabuto cercano a un Sam Spade pasado de revoluciones
y con momentos Shibari.
- Cama para doz (Ángel Luis Sucasas): vuelta de tuerca a las surrealistas conversaciones entre Epi y Blas
(Bert y Ernie, o Beto y Enrique, según desde donde estén leyendo ustedes,
queridos lectores), que creo que saca el verdadero carácter de Epi fuera de las
cámaras de Barrio Sésamo (Plaza Sésamo) y que refuerza el que ya conocemos de
Blas.
- La maleta (Miguel Aguerralde): interesante suposición sobre lo que pasó con los personajes después
del fin de la serie Dragones y Mazmorras (Calabozos y Dragones para otros
lectores) partiendo de una supuesta investigación periodística, que les arroja
un jarro de agua helada con tonos graciosos y realistas (en teoría, claro...) desde una
supuesta madurez y quizás el relato más “serio” de toda la antología.
- ¿Qué haces comiéndote a la
lisiada? (Darío Vilas): breve reinterpretación gore de situaciones de Heidi, cruzada con momentos Cujo y muy
efectista, que no termina de hacerle la merecida justicia a mi profundamente
idolatrada Señorita Rottenmeier.
- El abismo insondable (Juan Miguel Fernández): homenaje a Los caballeros del Zodiaco (Saint Seiya para
otros lectores), menos satírico y extremo que la tónica general de la antología y más parecido a la propia serie de animación, con simples cambios ad hoc, de lo que cabría esperar.
- Mi mono y yo (Manuel Martín): reinterpretación, o podríamos decir casi un resumen Z, de Marco (también
conocida como Tres mil leguas en busca de mamá o De los Apeninos a los Andes)
en clave de Marco: cazador de zombis, trabajada en lo técnico, con flashbacks y con un papel interesante
para Amedio.
- La sima (Alejandro Castroguer): partiendo de Ulises 31 con mucha libertad, ejercicio plagado de
referencias y homenajes más o menos obvios pero muy hiperbólicos y bastante
farragosos a multitud de películas, libros y otras expresiones artísticas
fantásticas y de ciencia ficción, mucho más interesado en reinterpretar la
serie que en ceñirse de forma estricta a la filosofía de la antología.
- Banner y Flappy contra la
Bruja Avería Z (Javier Cosnava): cruce de una famosa serie de dibujos animados
(Banner y Flappy) con un personaje de un programa de televisión ¿infantil? en
la España de los años ochenta (La Bola de Cristal), con mucho de crítica
sociopolítica e incluso psicosocial pero de la actualidad, brusco y cruento.
- La buena, el ladrón y el
malo (Vanessa Benítez Jaime): relato basado con libertad en Arsenio Lupin (Lupin
III) con tendencias de thriller de acción sobrenatural gótico moderno y de altísimo ritmo
pero que no entronca con facilidad en el concepto general de la antología.