viernes, 25 de agosto de 2017

MARES DE SANGRE BAJO CIELOS ROJOS. Scott Lynch


-Como al volumen anterior, le falta “algo” para brillar con fuerza en el género.-

Portada del libro Mares de sangre bajo cielos rojos, de Scott Lynch
Edición en español (2007)

Género. Narrativa fantástica.


Lo que nos cuenta. En el libro Mares de sangre bajo cielos rojos (publicación original: Red Seas Under Red Skies, 2007), Locke y Jean planifican lejos de Camorr lo que mejor se les da: un robo. El objetivo es el casino más protegido de Tal Verrar y del mundo conocido, la Aguja del Pecado. Pero la seguridad del exclusivo local no será su única amenaza, ya que por un lado su pasado les persigue y, por otro, las fuerzas vivas de Tal Verrar tienen sus propios objetivos y planes para las peculiares habilidades de la pareja de amigos. Segunda entrega de la saga Los caballeros bastardos.


Mi opinión. Entretenida continuación de la serie, que en lugar de recurrir a la narración en dos tiempos prefiere usar los flashbacks aislados, que a la trama principal (y sus derivaciones) añade una deriva marítima de discutible necesidad en cuanto al nivel de detalle y extensión, que sigue triunfando en la parte de diálogos rápidos, chispeantes, humorísticos, duros y conseguidos, novela bastante rápida de leer, que distrae con éxito, menos lograda en su segunda parte por lo de la “deriva marítima”, acelerada según se acerca el final sin más razón que el exceso previo de páginas y disfrutable desde perspectivas de evasión lectora, por más que deje la sensación de “Déjà vu”.


Destacado. Respecto al primer libro de la saga, Las mentiras de Locke Lamora, el autor casi parece haber aprendido a manejar con más soltura los cambios de línea temporal. Casi…


Potenciales Evocados. Esta vez no hay casi nada de El lazarillo de Tormes porque se evita la primera juventud de los protagonistas, pero sí hay mucho Nueve reinas y mucho Ocean´s Eleven (pero muchísimo, de verdad) en versión capa y espada; la versión "seria" y no estrictamente Young Adult de Seis de cuervos; esta vez, más Westlake que Abercrombie.

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