jueves, 5 de febrero de 2015

LA CASA DE HOJAS. Mark Z. Danielewski

-Desde lo metaliterario, algo casi abrumador. Desde lo novelístico, discutible.-
Portada del libro La casa de hojas, de Mark Z. Danielewski
Edición en español (2013)

Género. Narrativa fantástica (o una novela con una premisa sobrenatural de partida enorme y sobre la que gravita la trama).

Lo que nos cuenta. En el libro La casa de hojas (publicación original: House of Leaves, 2000), Johnny Truant se hace con un manuscrito extraño conocido como El expediente Navidson, donde se

                          disecciona

                                             una rara

                                                             y casi secreta 
película con el mismo nombre mientras muestra las experiencias de la familia Navidson en su nueva casa, un inmueble 
         inquietante 
                           y que 
                                     no parece seguir 
las reglas espacio-temporales del resto del mundo. A través de la narración, iremos conociendo qué sucedió con los Navidson
                         y 
                          otras 
                                 personas en la  
casa, cómo es la vida de Johnny, qué análisis propuso el autor del manuscrito y conoceremos otras pruebas documentales de lo sucedido.

Mi opinión. Trabajo al borde de lo titánico desde la perspectiva técnica y que seguro apabullará a bastantes lectores mediante su vasta carcasa (¿llena siempre?) de contenidos y referencias, repleto de detalles por todas partes, con alardes gráficos de discutible necesidad en ocasiones (no siempre, porque es cierto que bastantes veces es algo casi necesario para que el escritor consiga lo que busca), con mucho humor oculto (citas, bibliografías, etc…), pero con un tono ominoso (que no terrorífico, porque en eso fracasa desde mi humilde punto de vista si es que trataba de conseguirlo, cosa que dudo) permanente tanto por la amenaza sorda que supone la propia casa y sus características como, de forma más cercana, la descripción de las interioridades de una familia y sus trapos sucios (interesantísima la autopsia de una relación en decadencia de la que vamos siendo testigos mientras pasan otras cosas), además de la visión de la cotidianidad de la vida de alguien que parece coquetear con la autodestrucción, que trata diferentes temas vitales de forma más o menos obvia (aunque lo hace mediante líneas narrativas que no consiguen complementarse y quedan muy compartimentadas), que puede conseguir que por momentos el lector se aleje de lo que está leyendo (al menos a mí me ocurrió) y, como prisma que es, con unas caras más cercanas en el espacio al lector que otras.

Destacado. El concepto global, como un todo, bastante original o al menos muy poco convencional. Las partes, escasamente.

Potenciales Evocados. Un cóctel de ambientes lovecraftianos, situaciones Chuck Palahniuk más inquietantes y sin ninguna gracia, atmósferas familiares de Peter Straub, los ensayos ficticios de Stanislaw Lem en serio y hasta toques Bukowski, pero más contemporáneos, ofreciendo una bebida de extraño sabor, densa y no apta para todos los paladares.

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