-Con la excusa de las realidades paralelas, crítica de
muchas cosas.-
Lo que nos cuenta. En el libro Job: una comedia de justicia (publicación oróiginal: Job. A Comedy of Justice, 1984), y durante una excursión en crucero por la Polinesia,
Alexander Hergensheimer, predicador protestante ordenado en los Hermanos del
Apocalipsis de la Iglesia Cristiana de la Única Verdad, se desmaya mientras
atraviesa con los pies descalzos una zona de fuego tal y como hacen los
indígenas locales. Cuando se recupera, descubrirá que ahora se llama Alec
Graham y que el mundo en el que está no es igual que el que conocía por su historia y por sus adelantos tecnológicos. Pero una serie de
acontecimientos catastróficos hacen que, acompañado de una mujer llamada
Margrethe, vaya conociendo otras realidades con diferentes peculiaridades
mientras empieza a sentir que fuerzas más allá de su control, divinas para ser
exactos, están detrás de todo y que es posible que el Fin de los Días esté
cerca.
Mi
opinión. Novela que, con la excusa de las realidades paralelas y las
alternativas, busca maneras imaginativas (aunque no siempre las encuentra) de reírse
de las creencias religiosas (cuando no burlarse de ellas de manera directa), entre los
libros más logrados de Heinlein en cuanto al humor (que, aunque intentaba
trabajarlo con relativa frecuencia, nunca fue su fuerte, asumámoslo) y ofrece
una cara del autor bastante diferente a la más conocida ya que, mediante escenas
de la trama y diálogos de los personajes, nos presenta una tolerancia inesperada
con según qué temas y una intolerancia tan férrea como hostil, desde el chiste, contra lo más conservador o reaccionario, con personajes ad hoc que no tienen vida propia fuera de la trama, que repite
demasiado un esquema con ciertas pequeñas variaciones, más extrema cuanto más
se acerca al final, entretenida de una extraña manera y que, sin ser un mal
libro, no está entre lo más representativo y destacado del escritor.
Destacado. Momentos de la burocracia celestial y
cierto cartel de biblioteca.
Potenciales Evocados. Momentos de American Gods (sí,
de verdad) escritos por un Pratchett contenido, con otros de Las sucias calles del cielo, en concreto los del Cielo, pero de la mano de un Christopher Moore sedado y con algo de Quantum
Leap, cambiando el universo y no el cuerpo al que llega la personalidad
del protagonista.