-Valores de la
época que reservan sus mejores trabajos para otros libros.-
Lo que nos cuenta. El libro Acosados (publicación original: Stalkers, 1989), con el subtítulo Cazadores y víctimas, es una antología de relatos de horror (tres
menos en la edición española que en la publicación original) centrados en esa
temática, con Ed Gorman (también responsable del breve prólogo) y Martin H.
Greenberg como antologistas, que nos ofrecen varias tramas noir policiales muy
distintas, otras con la carretera como decorado pero en aproximaciones
diferentes, ratas mutantes fugadas de laboratorios y psicópatas de varias
clases, entre otros temas.
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- Atrapados (Dean R. Koontz): trabajo que sigue al pie de la letra la oferta más habitual del
autor, que en esta trama se “autoplagia” al mezclar cosas y momentos de Darkfall, Luna de invierno y Víctimas.
- Huida (John Coyne): interesante acercamiento técnico, narrativo y estilístico a la mente
perturbada de un hombre que se cree bueno.
- El hombre de
los lagartos (Robert R. McCammon): relato que nos lleva al survival horror en
un pantano para, al final, señalar otros rumbos que tal vez cojeen bastante.
- Pilotos (Joe R. Lansdale y Dan Lowry): propuesta excesiva pero atractiva a la vez, que lleva el
tema de la antología a las carreteras y sustituye al asesino en serie por el
equipo de asesinos en serie con un trasfondo algo excesivo también, como no podía ser
de otra forma.
- Cazador (Ed Gorman): trabajo honroso sobre la búsqueda de un asesino que creyó salir impune
pero que peca, en mi opinión, de optimista y además parece la introducción a
algo mayor.
- Terminar el
trabajo (Rick Hautala): noir slasher que se ve venir pero que se las arregla
para que el lector no pueda suponer (porque el relato hace trampas en ese
sentido) por dónde viene.
- Los hijos de
Caín (Al Sarrantonio): personalidades psicopáticas asesinas ¿contagiosas?,
alguna escena desagradable (premio para el escritor aunque lo logre con
recursos muy vistos que siguen funcionando) pero con sensibilidad llamativa
para abordar el tema.
- Miss Diciembre
(Rex Miller): trabajo noir procedimental que parece modificado por el autor
para que la trama cuadre en la antología, pero se nota que esa modificación no
estaba en el origen del trabajo.
- Despidos (John Maclay): trama de espíritu Barker en su concepción primaria pero con una
ejecución menos cruenta y sí mucho más lángida.
- El fuego sagrado
(Charles de Lint): otro de los relatos que se ve venir desde lejos, y esta vez
no hay sorpresas de la menor categoría al respecto, cuya ejecución técnica no
hace levantar el vuelo de la idea tan manida.
- Hechos
darwinianos (Barry N. Malzberg): horror surrealista con tintes “realistas”,
porque lo que sucede nos recordará a un evento muy conocido, pero con una
ejecución técnica llamativa e interesante.
- La cacería
(Richard Laymon): otro de los relatos que se ve venir desde lejos, con un final
que trata de arreglar esa circunstancia pero que lo hace más “incompleto” o
menos “verosímil”.
- Madre Tucker
(James Kisner): trama de “justiciera” vengativa que también se ve venir y cuya ejecución
tampoco consigue levantar el vuelo del relato.
- Jezabel (J. N. Williamson): llamadas extrañas, amenazas intangibles y unos resultados que
pueden dejar poco poso y sensaciones de intrascendencia.
- Lo que decía
Chelsea (Michael Seidman): relato abierto a varias interpretaciones, todas
inquietantes, pero que no termina de cuajar.
- Ribereños
(Trish Janeshutz): localización exótica, miedos primarios, fantasía oscura
animista, breve pero bien narrado.