-Con pequeños juegos metaliterarios, sensible,
autobiográfico de forma ficticia, a veces solamente, y que esconde una historia
clásica muy conocida gracias al cine.-
Edición en español (2005) |
Género. Narrativa fantástica.
Lo que nos cuenta. En el libro La princesa prometida (publicación original: The Princess Bride, 1973), William Goldman recuerda su niñez y cómo le influyó
muchísimo el libro La princesa prometida, de S. Morgenstern, pero también las circunstancias de cómo terminó
resumiendo y compendiando una nueva edición de esa novela, que aquí nos
presenta y que cuenta la historia de una bellísima joven, Buttercup, y de su amor trágicamente
perdido, Westley, ciudadanos ambos del conocido país de Florin, pero que Goldman trata de ofrecer ahorrándonos buena parte de
los contenidos del libro de Morgenstern que, en su opinión, atentaban con la fluidez
narrativa del mismo, mientras nos explica por qué decide retirarlos. Esta edición es la del 25
aniversario de la novela y añade bastantes contenidos de diferente clase al
trabajo original.
Mi opinión. Interesante libro, de los primeros en
tiempos contemporáneos en tener éxito comercial jugando a escribir algo que supuestamente
ha escrito otro autor, explicando cómo se llegó a conocer el trabajo y las razones
para eliminar unos contenidos y no otros mientras hace progresar la acción de una amable (y maligna a veces, pero sin dejarse llevar) trama, con unos juegos muy divertidos en sus recursos (atención a lo de
Stephen King, también de ascendencia florinesa por si no lo sabían, en la versión aniversario), que además de
todo eso ofrece una bonita historia de fantasía con mucho humor blanco (casi
siempre, porque algo de negro hay), agradable de leer y entre esas novelas
inolvidables porque, al pasar los años, seguimos teniendo en la cabeza lo que nos
contaron sus páginas.
Destacado. Si bien aquellos que han visto la película
pueden tener clara la trama central, se llevarán una sorpresa si leen el
libro porque propone otros juegos narrativos que la versión cinematográfica no
pudo (o más bien no intentó, creo yo) ofrecer.
Potenciales Evocados. Por fuera,
y desde lo conceptual, los divertimentos irreales de Stanislaw Lem sobre libros ficticios, pero con un verbo mucho más cotidiano y permitiendo jugar con
lo que es real y lo que no lo es sobre su propia vida y biografía; por dentro,
una deliciosa fábula fantástica que, en muchas ocasiones, no es para niños en
absoluto; la cara que se le queda a muchos cuando descubren que S. Morgenstern nunca fue real, cosa que sigue pasando y creo que seguirá siendo así mucho tiempo, mientras este libro tenga vida.