Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta. En el libro El mapa del tiempo (publicación original: 2008) y en el Londres de finales del siglo XIX, Andrew
Harrington va a terminar con su vida, incapaz de superar la pérdida de su amada
Marie Kelly a manos del infame asesino Jack el Destripador. Solo la
intervención de su primo, Charles, que le informa de la existencia de una nueva
empresa en la ciudad que ofrece viajes en el tiempo como servicio comercial,
evita el suicidio de Andrew, quien ve una posibilidad de cambiar el destino. Las
actividades de la compañía, Viajes Temporales Murray, y la figura del escritor
H. G. Wells serán el eje de encuentro de las vidas de varios personajes. Primer
libro de la Trilogía victoriana.
Mi opinión. Trabajo poco común por muchas razones,
entre las que podemos citar el origen del escritor en un país y sociedad poco
dado a estos rumbos narrativos y menos todavía a estos escenarios, por más que
en fechas recientes se vean cada vez con algo más de frecuencia (aunque sea en
subgéneros próximos al Steampunk), pero también poco común por su estructura que
parece sugerir un fix-up en el que los últimos relatos muestran una evolución
en la pluma del autor (o tal vez en su valoración de la posible paciencia y
límite de la misma en sus potenciales lectores) sin alejarse de lo primero que
ofreció (aunque no es un fix-up en absoluto), pero poco común además porque su
sobrepeso resulta mórbido para los que buscan avanzar en la acción y en la
trama cuando leen un libro y a la vez resulta delicioso para los que
prefieren sumergirse en las propias palabras y su uso, y poco común incluso por
su juego de ser ciencia ficción que apuesta a dejar claro al lector que no lo
es para, después, convencerlo de que estaba muy equivocado, nada rápido
de leer, que va de menos a más en su trama (al contrario que en sus estilismos),
lleno de detalles que construyen con más firmeza las personalidades de los
personajes y la realidad en la que viven, ofreciendo una novela que puede
generar sensaciones muy encontradas e incluso opuestas en según qué
lectores.
Destacado. Cómo lleva cánones de belleza literaria del
barroco pictórico, por aquello del rubicundo atractivo de Rubens, a escenarios
victorianos sin usar corsés narrativos que puedan estrechar lo rebosante (creo
que me he pasado con el juego de palabras e ideas, pero espero que se
entienda).
Potenciales Evocados. H. G. Wells, por
delante, por detrás, por encima y por debajo, en lo conceptual de frente, junto
a Christopher Priest al fondo, disimulado, y con toques Jane Austen en la corrección del texto,
todo batido con cariño y admiración.