lunes, 13 de octubre de 2014

EL MENOR DE LA CAMADA. Alejandro Aguilar Álvarez

-Muchas ganas, trasfondo potente, ejecución discutible.-

Portada del libro El menor de la camada, de Alejandro Aguilar Álvarez Género. Ciencia ficción.

Lo que nos cuenta. En el libro El menor de la camada (publicación original: 2013) conocemos a Arez de Brass, una vez el Jeistar de la Guardia de la Casta de los Escrutadores y uno de los más poderosos que haya habido nunca entre sus miembros, pero tras su levantamiento y traición a la Casta que provocó una guerra civil en el Viejo Dominio es ahora un preso en Zagva merced a una máquina que mantiene bajo control tanto a Arez como sus propias capacidades, pero su conciencia consigue escapar tras conseguir canalizar sus sentimientos de forma muy intensa para refugiarse en el cuerpo de una mujer-hueca, un tipo de ser casi humano en lo físico, pero con personalidad y voluntad recortadas para trabajos y servicios, que termina con la vida de su agresivo amo para poder huir. Arez, en su nuevo cuerpo, será perseguido por los Escrutadores y por las fuerzas de seguridad de Iffnuz, la capital del Imperio de los Designadores, con Sri-Yun a la cabeza de la investigación policial, que pronto verá como el propio Servicio de Acción Exterior y Diplomacia se interesa en el asunto, algo raro para ser un caso tan simple a ojos del Inspector Jefe de la Policía Metropolitana de Iffnuz. Primer volumen de la saga Archivo del Viejo Dominio. Según mi copia es un libro del 2012, pero me consta que ha sido editado en 2013.

Mi opinión. Ambicioso trabajo que propone un ejercicio cercano a la Space Opera desde ópticas que mezclan la sociopolítica, la acción y el noir en su versión más Thriller, acertado en mi opinión por decidir arrojar al lector a la trama sin darle muchas explicaciones sobre los conceptos y sustantivos que usa y aquello que definen (a mí eso me encanta, aunque sé que a otros lectores puede ahuyentarlos, pero pueden estar tranquilos porque hay un gran glosario al final de la obra), que nos traslada a un universo futurista de ciencia ficción bastante amplio y rico confiando tanto en esa herramienta que no cuida como debería otras como la profundidad real de los personajes o la narración en sí misma, por lo que a pesar de contar con buena materia prima el producto final no está tan logrado como podría o, más bien, está falto de algo de “chispa” o “vida” para alcanzar cotas más altas a pesar de la variedad de situaciones y del buen ritmo, aunque con todo ofrece una novela entretenida.

Destacado. Lo rico y variado del trasfondo, no original tomando sus elementos por separado y sí desde la globosidad.

Potenciales Evocados. Varios, desde la curiosa prisión del inicio de El ladrón cuántico hasta presencias que pueden recordar a Rick Dekkard en otros entornos y con otras motivaciones, pasando por actitudes del Horza de Pensad en Flebas, conceptos de Scanners a lo grande y sociopolítica organizacional administrativa y grupal a lo Dune, entre otros.

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