domingo, 12 de octubre de 2014

EL HOMBRE DEL BICENTENARIO. Isaac Asimov

-Ejemplo general de temáticas y estilos del prolífico autor en su obra corta.-
Portada del libro El hombre del bicentenario, de Isaac Asimov
Edición en español (1986)

Género. Relatos.

Lo que nos cuenta. El libro El hombre del bicentenario (publicación original: The Bicentennial Man, 1976) es una recopilación de doce relatos de ciencia ficción del escritor (uno de ellos un poema, en realidad) escritos entre 1966 y 1976, editados con anterioridad en distintos medios, que en esta edición van acompañados de anécdotas y eventos relacionados con el autor y que rodearon o su concepción, o su escritura o su publicación, que tratan temas tan variados como la búsqueda de formas para poder comercializar robots en la Tierra para el gran público, el intento de diseño y fabricación de un robot creativo, las consecuencias de medios extremos de control de población, los desarrollos del Proyecto Mercurio, la planificación de un sabotaje para que haya un cambio en la asignación de fondos, la rebelión contra un computador que lo controla todo y un robot que desea tomar decisiones por sí mismo y sobre sí mismo, entre otros temas.

Mi opinión. Agradable recopilación desde el punto de vista de quien la escribe, pero irregular en los resultados de lo que presenta, que a pesar de ofrecer algunos trabajos efectistas prefiere, en la mayoría de las ocasiones, sugerir cosas en el lector consiguiendo, incluso y a veces, que continúe alguno de los relatos en su cabeza o le dé vueltas a lo que propone su trama, importante dentro de la producción del autor y desde la visión general, aunque no tanto en el género ni desde la aproximación singular a cada relato (con alguna notable excepción), con una aportación al trabajo interesante (incluso chismosa) desde los prólogos del propio Asimov a cada uno de los trabajos, fácil de leer, entretenida en general sin alardes y cercana a lo entrañable en sus contenidos.

Destacado. El relato que da nombre a la recopilación, El hombre del bicentenario.

Potenciales Evocados. El propio Asimov, sin la menor duda, y algún toquecito Dahl por aquello del final más o menos inesperado en el caso de los trabajos más efectistas.

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