domingo, 18 de agosto de 2019

EL PLANETA LOCO. Varios autores


Portada del libro El planeta loco, de varios autores
Edición en español (1977)
-Alguna curiosidad y poco más.-


Género. Relatos.


Lo que nos cuenta. El libro El planeta loco (publicación original: The Oddballs, 1973) es una antología de relatos seleccionados por Vic Ghidalia que nos permitirán conocer a varias personas con habilidades poco comunes, el hallazgo de dos exploradores en un planeta y a un bárbaro muy patán y peligroso, entre otros asuntos.


Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.


   - El planeta loco (Robert Silverberg, 1957): misantropía y telepatía con aires anticuados, con protagonista incómodo (para bien).


   - El hombre que podía hacer milagros (Mimodrama en prosa) (H.G. Wells, 1898): trabajo con formas de su época, pero una intencionalidad más avanzada a la hora de aproximase al concepto de que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.


   - El hombre que atravesaba el cristal (Nelson Bond, 1938): relato que, con la excusa del talento especial de protagonista, parece hablar de anhelos y búsquedas inherentes al ser humano.


   - El talento (Robert Bloch, 1960): un trabajo que todavía ignoro si trataba de hacer pulp psicológico elaborado o, por el contrario, hacía una crítica directa a los medios y su influencia en mentes infantiles.


   - Tercer piso, al fondo (Jerome K. Jerome, 1904): formas, ritmos y recursos de otros tiempos, junto con algo de moralina que lo “envejece” un poco más todavía.


   - Los sueños de Albert Moreland (Fritz Leiber, 1945): sueños, ajedrez, amenaza cósmica y sutiles referencias a la obra de Lovecraft en una trama que, tal vez, pedía más extensión y, quizá también, profundidad.


   - El bárbaro (Poul Anderson, 1956): relato poco habitual en la producción de Anderson (o al menos dentro de lo que he leído de la misma) porque se va hacia lo fantástico pulp de humor obvio; sin embargo, creo que lo hace con la intención de reírse de todo eso.


   - Todos exploradores (Isaac Asimov, 1956): trabajo bastante Asimov, pero que en esta ocasión trabaja con más ecuanimidad dos opciones de ver el mundo muy recurrentes en su producción y, también, recurre a un final más abierto (y pesimista) de que era habitual en él.


   - Nadie molesta a Gus (Algis Budrys, 1955): aires de Aterrizaje de emergencia en una trama con mutante de naturaleza muy especial, con el “camuflaje definitivo” podríamos decir, que marca el carácter y expectativas vitales del protagonista.

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