domingo, 22 de mayo de 2016

LA SAGA DE CTHULHU. Varios autores



-Para sectarios muy fans de la criatura, porque Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wagh’nagl fhtagn.-
Portada del libro La saga de Cthulhu, de varios autores
Edición en español (2001)


Género. Relatos.


Lo que nos cuenta. El libro La saga de Cthulhu (publicación original: The Cthulhu Cycle. Thirteen Tentacles of Terror, 1996) es una antología de relatos seleccionados por Robert M. Price (que también firma la introducción llena de arqueología literaria al respecto y sitúa muy bien al lector en cada uno de los cuentos) por encargo de Chaosium (ya se hacen una idea ustedes) y que para él pueden ser unos de ellos las semillas de la idea de Lovecraft respecto a Cthulhu, el relato La llamada de Cthulhu y las implicaciones del mismo en la cosmología creada por el autor, mientras otros relatos podrían ser el desarrollo de la idea y alguno, incluso, su continuación directa si ello fuera posible; curiosamente, bastantes de los escritores que participan en la antología trabajaron el pulp con asiduidad… llamativo ¿no?


Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.


    - Una tienda en Go-By Street (Lord Dunsany, 1919): influencia directa sobre Lovecraft, contenido en su primera edición en una interesante recopilación como fue Cuentos de los tres hemisferios, que si bien no es obvio lo que pudieron generar para La llamada de Cthulhu, aunque esté ahí, sí es evidente lo que produjeron en otras partes de la producción de Lovecraft como las oníricas y brujeriles.


    - El conde Magnus (M. R. James, 1904): tal vez influencia indirecta por estructuras narrativas, el concepto de los manuscritos antiguos, el mal difuso y alguna que otra cosilla.


    - La llamada de Cthulhu (H. P. Lovecraft, 1928): el trabajo que genera la razón de ser de este libro, del que ya hemos hablado varias veces en este blog, por ejemplo aquí.


    - La isla negra (August Derleth, 1952): acercamiento a R’lyeh actualizado para la época en que se escribió usando el concepto de las pruebas en el Pacífico de armamento no convencional, lovecraftiano en lo general y sin sorpresas.


    - Algunas notas relativas a una caja verde (Alan Dean Foster, 1971): homenaje a Lovecraft en cuanto a lo que cuenta y como lo cuenta, un relato con una historia propia curiosísima respecto a su concepción y publicación, de ritmo muy alto y rapidísimo de leer, que a su manera, podría recordar a lo que trató de ofrecer El modem de Pickman.


    - Aguardando pacientemente (C. J. Henderson, 1996): sin vergüenza, reparos ni pudor, y por el contrario con dignidad, nada más y nada menos que la segunda parte de La llamada de Cthulhu siguiendo los eventos de su trama allí donde se quedó y con Legrasse, de nuevo, tratando de resolver enigmas.


    - El signo de Kutullu (David C. Smith, 1974): relato que demuestra que todos los caminos arqueológicos llevan a Cthulhu, que siguiendo esquemas lovecraftianos propone una crónica de sucesos pulp contenida.


    - Recrudescencia (Leonard Carpenter, 1988): las cosillas que pasaban en Innsmouth  trasladadas a la otra costa y más actualizadas, que toma las ideas de Lovecraft pero les da su propia personalidad en cierto modo y que, cosa muy rara, incluye un par de dibujos.


    - Rudo despertar (Will Murray, 1995): trabajo que, inevitablemente, se ve venir desde muy lejos en cuanto a su rumbo final general, que mezcla activismo por el medio ambiente, política y el fin del mundo.


    - El ojo de Hlu-Hlu (Donald R. Burleson, 1993): otro homenaje a tramas de Lovecraft, incluso localizaciones y derroteros, pero a su manera totalmente aunque resulta inconfundible el motor narrativo que lo inspira.


    - Fuego negro (Will Murray, 1995): localización y personajes poco comunes en los Mitos pero llevados de forma que entroncan muy bien con ellos y con mitos culturales más generales, en un trabajo sin diálogos pero que funciona bien.


    - A la luz de la lámpara (Steven Paulsen, 1993): recuerdo del Alhazred y su lamparita pero actualizado y con mensaje de no consumir drogas ni usar la lámpara. No lo hagáis en casa, muchachos.


    - Zombis de R’lyeh (Pierre Comtois, 1994): trabajo que usa los recursos base de la antología de una forma muy personal pero igualmente reconocible y disfrutable porque lo hace con buena pluma y permite que la trama serie B tenga una técnica y unas atmósferas que respalden la propuesta, mejorándola más allá de lo que cuenta.

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