-Buen intento, señores, aunque no se logre lo que los lectores esperaban.-
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta.
El libro The Sandman. El libro de los sueños (publicación original: The Sandman. Book of Dreams, 1996) es una antología de relatos, todos escritos para este volumen, basados en el mundo
que Neil Gaiman creó en la serie de cómics The Sandman, con aportación
gráfica de Clive Barker, prefacio de Frank McConnell, epílogo de Tori Amos (el
mismo texto inicial de Muerte: el alto coste de la vida) y comentarios
introductorios a cada relato del propio Gaiman, interesantes en general por los
diferentes aspectos de El Sueño y de Sandman que deciden explorar pero, sin duda, algo lejos de las cotas tan altas que alcanzó el propio cómic.
Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.
- Carnaval y marejada (Colin Greenland): sencilla
trama sobre un joven que nunca sueña y lo hace por primera vez, acertado
como primer relato de la antología por su carácter introductorio, un poco la
primera parte de Love Story y un poco la extensión de muchas de esas viñetas
de fondo en los cómics de Sandman en las que se veían soñadores.
- Chain Home, baja frecuencia (John M. Ford): relato relacionado
con el comienzo de la serie de The Sandman y su encierro bajo la Orden de los
Antiguos Misterios, pero desde la perspectiva de algunos afectados indirectos
durante la Primera y la Segunda guerra mundial que se vislumbraban a lo lejos
en el cómic, respetable en lo técnico y agradable pero, a la vez y por decirlo de alguna forma,
relacionado de forma marginal con el concepto de los cómics de Sandman.
- Más fuerte que el deseo (Lisa Goldstein): trama breve de amor bastante explicativa sobre el carácter juguetón de Deseo (esta
vez incruento), en quien se centra la trama, agradable de leer y que ojalá su mensaje
fuese (por completo) cierto y (por completo) para todos, porque a veces ganar es
perder y perder es ganar.
- Cosas viscosas (Barbara Hambly): relato de humor
extraño basado en Caín, Abel, Lucien, Mathew, Nuala y Goldie, entre otros, (extraños ellos mismos también en cuanto a lo humorístico), conocidos secundarios de la serie y “empleados
domésticos” o “amigos” de Morfeo, que tratan de afrontar una pesadilla descontrolada
sin molestar a Oneiros, muy entroncado desde lo conceptual en la saga, pero sin
alcance real.
- El natalicio (B. W. Clough): encuentro entre una
Mentora de Hallazgos de una tribu y el Moldeador, bastante breve, que capta
muy bien la contradictoria personalidad del protagonista de la serie que tan
bien nos mostró Gaiman.
- Coleccionistas (Will Shetterly): relato ambientado en
esa convención tan especial que vemos en la saga Casa de muñecas, amenazador, pero a un pasito de la sensación de desasosiego relajado que logró Gaiman.
- Siete noches en el país de los sueños (George Alec Effinger): una de las joyitas conceptuales de la antología, al decidir
combinar dos clásicos, cada uno a su manera, como son Little Nemo in
Slumberland y The Sandman, con fondo del segundo y formas del primero, pero
que además sorprende por quién lo escribe, por lo inesperado (y logrado) del
cambio de registro.
- El escapista (Caitlin R. Kiernan): Con Wanda/Alvin de Un
juego de ti como protagonista, se desplaza un poco del centro del mundo
onírico de Morfeo para llevarnos a realidades más desagradables y comunes entre
ciertas personas que rezuman intolerancia y otras que la sufren.
- Una pizca más de eternidad (Robert Rodi): otra visión
de Wanda/Alvin desde su contacto con un moribundo, con visita de Delirio (la
que una vez fue Delicia), además de Morfeo, que hasta puede complementar alguna
línea argumental de los cómics, si así quisiéramos verlo.
- La hija del escritor (Tad Williams): propuesta audaz,
quizás la que más de toda la antología, desde la forma técnica hasta sus
contenidos, que podría sacarse de este volumen y podría seguir
funcionando sin problema.
- Sextina eterna (Lawrence Schimel): el único trabajo de
poesía de la antología, que nos repasa la figura de los Eternos.
- Las puertas de oro (Mark Kreighbaum): trabajo que podemos
ver relacionado con el de Williams (aunque Gaiman jura y perjura que no hubo
contacto entre los escritores), pero desde una perspectiva más positiva y
cercano a Bones (el cómic, no la serie de televisión).
- Un lugar yermo (Karen Haber): una línea de ayuda
telefónica, varios Eternos, un argumento de sensibilidad cotidiana y pequeñas
grandes tragedias más comunes de lo que a veces pensamos.
- El corazón de la bruja (Delia Sherman): una trama de fantasía oscura compleja, casi siniestra, que nos recuerda a uno de los
argumentos incluidos en el cómic con una ambientación medieval parecida, al borde de
la fábula amenazadora.
- El reparador de sueños rotos (Nancy A. Collins): otros
empleados de Sandman, con espacio para el espantapájaros Marvyn, nos revelan la
existencia de uno que no conocíamos y que era muy necesario que existiese, un trabajo tierno sin sensiblerías que me llamó mucho la atención.
- ¡Ya estamos acabando! (Gene Wolfe): trabajo corto, pero
quizás el más largo de todos en esta antología, muy del estilo del autor,
que podría sacarse del universo Sandman y también funcionaría por lo general (y
amplio, podríamos verlo también así) de lo que nos propone.
- Valósag y Élet (Steven Brust): pequeña y breve fábula,
que también sorprende por quién la escribe, que mezcla a Muerte y Sueño con
un Esopo de más alcance, en cierto modo.
- El rincón del reloj parado (Susanna Clarke): trabajo
de una escritora poco conocida entonces antes de dar la campanada con Jonathan Strange y el señor Norrell (del que aquí se podrían ver
apuntes bastante claros), que mezcla burocracia sobrenatural con ciertas ideas preconcebidas y
que ofrece uno de los resultados más curiosos de toda la recopilación.