-Más que una novela, todo un proyecto multimedia.-
Lo que nos cuenta. En el libro Mongoliad (publicación original: The Mongoliad. Book One, 2012) y a mediados del siglo XIII, el Imperio mongol está en el este de Europa y ningún
ejército (ni la muerte de su líder) ha conseguido detener su expansión. Cnán es
una mujer que viene de tierras lejanas con la misión de encontrar a los
miembros de la Ordo Militum Vindicis Intactae con un objetivo muy ambicioso y
peligroso. En la capital mongola, el Khan Ogodei no disfruta de su poder y
parece tratar de ahogar sus penas en destilados de toda clase, y se pide a
Gansuj, un guerrero llegado del frente, que trate de cuidar del Khan hasta
donde pueda, mientras conoce en la corte a una mujer que puede enseñarle muchas cosas que
desconoce. Primer libro del Ciclo Mongoliad, construido por varias novelas,
relatos y novelas cortas tanto en forma de libro como en otros formatos
multimedia.
Mi opinión. Inicio de una ambiciosa ficción histórica
ucrónica y coral sobre un Imperio mongol que no detiene su expansión hacia
Europa tras la muerte del Khan, sino que sigue interesado en ese teatro de operaciones, y de cómo los occidentales tratan de
oponerse a los jinetes asiáticos, escrita (o concebida) a varias manos (o
cabezas) sin que se note el cambio en el pulso de la pluma, con mucha acción,
combates y peleas de diferente naturaleza (hay hasta un duelo bastante original
entre un “cruzado” y un “samurái”), personajes sencillos repletos de mucha
pirotecnia alrededor, ritmo en filo de sierra, con sobrepeso, de trasfondo
original en potencia aunque más convencional en acto ya que tiende a lo
aventurero con cierto descaro, por más que lo maquille, y entretenida a su
manera.
Destacado. La idea da para muchos desarrollos, en
teoría, y además aparecen los Hermanos Livonios de la Espada, muy poco usados en
novela por lo que yo sé a pesar del trasfondo tan curioso que ofrecen.
Potenciales Evocados. Por un lado, la Karakórum de
Conn Iggulden, pero que a veces parece que tiene una casa con dagas voladoras; por
otro lado, momentos de Los Doce del Patíbulo sin penas que expiar (casi), pero
mucho acero que clavar entre las costillas del enemigo; y por último, un cruce
entre las chiquilladas que ocurrían en el Coliseo de la Antigua Roma en pleno
apogeo y Deadliest warrior.