-Hecho sorprendente en comparación con el primer libro de la serie.-
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| Edición en español (2021) |
Lo que nos cuenta. El libro Rosa La Sanguinaria (publicación original: Bloody Rose, 2018) nos presenta a Tam Hashford, la joven hija de una pareja de antiguos miembros de una banda, quien sigue sus sueños y se une a Fábula, quizá la banda más famosa del momento a pesar de ser relativamente reciente, capitaneada por Rosa La Sanguinaria, leyenda viva por sus hazañas. Segundo libro de la serie La banda.
Mi opinión. Y hablo de hecho sorprendente en el titular porque este libro es mejor que Reyes de la Tierra Salvaje respecto a cualquier aspecto técnico del que se quieran sacar comparaciones (e incluso de alguno narrativo) y, sin embargo, no funciona igual de bien (por bien que funcione, eso hay que aclararlo).
Novela que tarda en arrancar como entidad propia (porque, como extensión de lo propuesto en Reyes de la Tierra Salvaje y de algunos personajes mostrados allí, funciona desde el principio), que también tarda en ofrecer trama de especial interés, que maneja con algo más (solo un poco más, pero se nota) de seriedad el humor de lo que vengo a llamar subgénero Grimlight, con personajes que simplemente funcionan (pero no tan bien como en Reyes de la Tierra Salvaje, insisto), con mucho éxito a la hora de narrar los combates importantes, tal vez con pistas de por dónde irán los tiros de futuras bandas en próximos libros de la serie, con entidad propia y más interesante (o al menos, más interesante para este lector) que la media de los productos de fantasía de la actualidad.
Destacado. Diría yo que, por ahí al fondo, hay temas que no parecen compatibles con esta clase de libros y, sin embargo, funcionan bien por desapercibidos que puedan pasar (por ilustrar con un ejemplo, las peculiares dinámicas entre padres e hijos).
Potenciales Evocados. Momentos Canción de hielo y fuego (o Juego de tronos, para los más televisivos) y momentos Shadow of the Colossus en un libro escrito a cuatro manos, esta vez por Joe Abercrombie y Donald E. Westlake, pero con más prisa de la que deberían.