-Entre lo posapocalíptico se esconde el realismo
mágico.-
Lo que nos cuenta. En el libro La ciudad, poco después (publicación original: The City, Not Long After, 1989) y en un mundo arrasado por una epidemia, San Francisco
se ha convertido en refugio de personas con diferentes inquietudes artísticas y
en sus solitarias calles, plagadas de obras de vanguardia, pasan cosas extrañas
y fascinantes con mucha frecuencia. Una muchachita sin nombre llegará a la
ciudad huyendo de un totalitarismo floreciente no muy lejos de allí y, además
de encontrar un nombre para ella, Jax, descubrirá en la ciudad muchas otras
cosas que no conocía mediante la interacción con sus peculiares habitantes, quienes tendrán que afrontar la amenaza exterior a su manera.
Mi opinión. Bella curiosidad, con su punto de
inocencia o improbable discurrir de las cosas (desde nuestra perspectiva,
claro) superado por esa belleza citada en primer lugar, de personajes con
la particularidad de ser entendidos con rapidez (al menos desde sus
motivaciones, por extrañas que nos puedan resultar) y con los que se crean
empatías a enorme velocidad, con pequeños espacios para la fantasía acordes con las atmósferas que ofrece la autora y con su intención
final (sospecho yo), bastante bien escrito desde lo técnico, que aunque ofrece
muchos de los ingredientes de las novelas posapocalípticas decide cocinarlos
de una forma poco corriente para presentar un plato nada común, plagado de
descripciones que no son nada habituales, atractiva y que ofrece, en conjunto, un libro que
a la mayoría de las personas les parecerá correcto como mínimo, pero que será
algo más que interesante para unos cuantos.
Destacado. El último tercio del libro.
Potenciales Evocados. Cruce entre
momentos aislados de Cien años de soledad, El cartero (de la que hablaremos
por aquí no tardando mucho) y toquecitos de La tierra permanece, pero más
urbana y desde perspectivas que mezclan cosas casi hippies con otras de arte de vanguardia; si le gustó
Camino desolación, podría encontrar aquí algunas cosas parecidas (pero sin
avanzar en el tiempo y en las generaciones, además de transcurrir en la Tierra
y no en Marte).