domingo, 23 de noviembre de 2014

CIUDAD PERMUTACIÓN. Greg Egan

-Desde las ideas y las reflexiones que estas deberían generar, abrumadora.- 

Portada del libro Ciudad Permutación, de Greg Egan
Edición en español (1998)
Género. Ciencia ficción.

Lo que nos cuenta. En el libro Ciudad Permutación (publicación original: Permutation City, 1994) y en la segunda mitad del siglo XXI, nuestro cerebro, nuestra mente y nuestra consciencia pueden ser reproducidas mediante avanzados soportes tecnológicos de Software y Hardware. Esas “copias” pueden ser usadas como elementos de seguridad en caso de que a la persona le suceda algo, pero también son conscientes de sí mismas y de no ser “reales” y sí ser simulaciones informáticas. Paul Durham tiene antecedentes psiquiátricos y un ambicioso proyecto que aparenta ser solo negocio y que presenta a millonarios ya familiarizados con el uso de copias con el atractivo de asegurar su mantenimiento más allá de lo que se ha podido ofertar hasta ahora y a prueba de posibles inconvenientes futuros, mientras contrata a María Deluca, una habilidosa programadora desempleada que invierte su tiempo en desarrollos aparentemente poco prácticos, como experimentar con organismos unicelulares y su evolución en entornos virtuales, pero que equivalen a una parte importante del proyecto que Paul tiene en mente.

Mi opinión. Novela en la que lo narrativo y literario termina por quedar a un lado con mucha rapidez, sin que sea despreciado por completo, para tomar un carácter secundario frente al despliegue de las ideas y de los conceptos, que propone reflexiones a doble nivel, tanto por lo que sucede en nuestro entorno futurista y cómo se afrontan e interpretan sus nuevos desafíos tecnológicos y los cambios sociales que implican, como también en el mundo “virtual” que tiene sus propias reglas incluso en lo deontológico (que no ontológico), con momentos tecno-filosóficos o meta-tecnológicos para tratar el "tecnoexistencialismo" por encima del transhumanismo, algo repetitiva con la intención de seguir fascinando mientras usa casi las mismas herramientas una y otra vez, con personajes por y para la propuesta (personajes, por cierto, cuya construcción y desarrollo jamás han sido el fuerte del autor), con una trama que podría no ser tal en un sentido estricto o, al menos, no tener la estructura más aceptada para las mismas, fría desde lo fascinante y Hard sin la menor duda, bastante creíble (y hasta posible, en algún momento de nuestro futuro según los tecnólogos), a la que no se debe llegar de manera casual por ser incómoda en todos los sentidos para los menos habituados a las formas poco amables con el lector de la ciencia ficción, tramposa por momentos (pero, como es ficción, no son “trampas” en realidad, sino recursos para evolucionar entre conceptos sin explicar en demasía la transición), lograda sin duda, más exitosa como “todo” que como “suma de partes”, con un fondo vanguardista tanto cuando se publicó como ahora ya que las ideas que maneja son tan poderosas que se podría ver como un ensayo en forma de novela de ciencia ficción.

Destacado. El manejo tan diferente a lo más habitual que hace el libro respecto al concepto de “contacto con entidades no humanas”.

Potenciales Evocados. Va mucho más allá de Philip K. Dick en cuanto al manejo de la pregunta de qué es real porque busca mezclarla con las de qué es ser humano, qué es el Yo y dónde radica la supuesta consciencia de ese Yo; olvídense del Hard visto desde la ingeniería de Larry Niven o Arthur C. Clarke y abran su mente a un Hard más metafísico e informático, por incompatibles que parezcan los términos.

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