-Dando nuevas presentaciones a platos más que
conocidos y probados.-
Género. Novela.
Lo que nos cuenta. En el libro Al desnudo (publicación original: Tell-All, 2010) conocemos a Katherine Kenton, una estrella cinematográfica de talla mundial que puede ver
su cénit por el espejo retrovisor y cuya vida, igual que la de la mayor parte
del Hollywood de los Años Dorados, pero también la de políticos y otras figuras
importantes de la época, vemos a través de los ojos de Hazie Coogan, empleada
de Katherine durante la mayor parte de su vida y que hace las veces de madre,
doncella, directora de carrera en la sombra, criada y cientos de cosas más.
Cuando el joven y bello arribista Webster Carlton Westward III entra en la vida
de la actriz, Hazie sabe que se avecinan problemas.
Mi opinión. Trabajo de formas interesantes y poco
trilladas en literatura al jugar a presentar una especie de guión
cinematográfico adaptado de forma atractiva al formato de novela, de altísimo ritmo, que
derrapa con frecuencia en lo enlodado, que en segundo nivel ofrece toda clase
de descarnadas y despiadadas muestras de lo que la Edad de Oro de Hollywood era y no se mostraba
a los meros mortales que vibraban con las películas, que al frente nos ofrece
unos personajes principales reconocibles de manera rápida y con motivaciones muy
claras aunque nos puedan resultar lejanas (eso espero, por el bien de su salud
mental y física, queridos lectores), con una Katherine que nos recuerda a una
famosísima actriz ya fallecida en cuanto a su caracterización, pero a muchísimas
otras en su comportamiento, con bastante humor vitriólico, que a diferencia de otras obras del autor se ve
venir con claridad en cuanto al rumbo principal (diría yo) de la trama, bastante breve, entretenida con un punto de hartazgo marcado
por el déjà vu permanente y que
parece una presentación distinta (bastante, eso sí) de un plato que el
cocinero Palahniuk ha preparado muchas veces para nuestra mesa lectora.
Destacado. Partes de la biografía que escribe Webster
sobre Katherine y el retrato ofrecido de Lillian Hellman.
Potenciales Evocados. Un cruce estrafalario (pero
muy mordaz en el fondo si se fijan bien) de La caída de los dioses,
Glamourama, visiones de un Oscar Wilde sin pelos en la lengua, Eva al desnudo, un sosías de Harry Flashman en Hollywood e
incluso de ¿Qué fue de Baby Jane?