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| Edición en español (2024) |
Género.
Narrativa fantástica.
Lo que nos cuenta. El libro Casa de llama y sombra (publicación original: House of Flame and Shadow, 2024) nos muestra a Bryce Quinlan en Prythian, donde descubre que hay muchos vínculos entre ese mundo y el suyo, pero sospecha que hay todavía más y que podrán dar respuesta a muchos interrogantes sobre, entre otras cosas, los asteri. Mientras tanto, en Midgard, su pareja, amigos y aliados corren suertes muy distintas. Tercer libro de la serie Ciudad Medialuna.
Mi opinión. Novela de fantasía (con mezcla "tecnológica" sobre la auténtica macedonia del trasfondo) “actual” con toque (intenso) romántico que seguro será muy interesante para los más aficionados a esta saga porque ofrece más acción sin relevancia en la mayoría de las ocasiones, más sexo improcedente en la mayoría de las ocasiones, más escenas y situaciones alargadas sin razón (más allá de engordar las páginas del volumen) en la mayoría de las ocasiones, más descubrimiento de secretos (en esta ocasión, “importantes” en la mayoría de las ocasiones), más desarrollo de secundarios intrascendentes en la mayoría de las ocasiones, más subtramas innecesarias en la mayoría de las ocasiones, escrito casi con desgana (al menos, eso le pareció a este lector) y, en general e insisto, seguramente muy interesante y entretenido para sus seguidores (que parece haber muchos).
Destacado. El “encaje de bolillos” que debe hacer la autora para no dañar las supuestas cotas de poder de los personajes de Una corte de rosas y espinas cuando “interaccionan” con Bryce Quinlan.
Potenciales Evocados. Igual que sucede con la serie Una corte de rosas y espinas, podría ser lo que escribiera un híbrido de Steven Erikson y Stephenie Meyer, pero con unas tendencias tanto generales como singulares ligeramente diferentes a esa otra saga, algo así como un Cosmere limitadito mezclado con el trasfondo de Cassandra Palmer llevado a un universo parecido al de Los secretos del poder (pero manejado con más “oscuridad” y no apegado al AD&D), por más que no sorprenda en absoluto saber que ambas sean de la misma autora).