Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta. El libro Un talento para la guerra (publicación original: A Talent for War, 1989) nos presenta a Alex Benedict, arqueólogo y marchante de antigüedades, que resulta ser el heredero único de los bienes de su tío tras la catástrofe sufrida por la nave en la que viajaba. Tras una charla con una simulación digital del fallecido, Alex comienza a recorrer un camino que parece apuntar hacia la inexactitud, o quizá la mentira, que rodea uno de los hechos fundacionales de la sociopolítica actual de los planetas bajo control de la humanidad: el enfrentamiento, dos siglos atrás, contra una raza de alienígenas con capacidades telepáticas conocidos como los Ashiyyur. Pero, muy pronto, Alex descubre que parece haber intereses poderosos contrarios a cualquier investigación sobre ese asunto. Primer libro de la serie Alex Benedict.
Mi opinión. Trabajo de técnica suficiente e interés inicial relativo que, poco a poco y a fuerza de vueltas y revueltas, disminuye sin remisión (al menos disminuyó para este lector), con personajes construidos de una manera que dificulta crear puentes empáticos con ellos y que, tras el final, hace pensar (o al menos se lo hizo pensar a este lector) si el tipo de secreto a proteger y las razones para ello eran suficientes para toda esta trama.
Destacado. Es casi más una novela de intriga y misterio, que transcurre en un trasfondo futurista de ciencia ficción, que una novela de ciencia ficción (sin dejar de serlo).
Potenciales Evocados. Por mucho que sean líneas narrativas distintas y tramas diferentes, es inevitable ver equivalencias estilísticas y formales con lo que propuso McDevitt en Las máquinas de Dios; un cruce de un Sherlock Holmes más diletante y un Indiana Jones con cierta conciencia sociopolítica, siempre que viviera dentro de La Cultura en sus épocas más tempranas y que sus peripecias fueran narradas por Dan Brown.