-Resultados extraños por la mezcla de verdaderas intenciones, verdaderos empaques y verdaderos subgéneros.-
Lo que nos cuenta. El libro La crema del crimen (publicación original: Crème de la crime, 1983) es una antología de relatos de misterio y policiales (en un sentido amplio de dichas categorías), recopilados por Josh Pachter tras pedir a medio centenar de autores que eligieran su mejor cuento o su cuento favorito, que nos mostrarán varios tipos de venganza (incluso alguna sobrenatural), varios efectos distintos de la educación y/o los ejemplos que reciben los niños, un supuesto fallo de seguridad sobre secretos confidenciales o, entre otros asuntos, algún (supuesto) caso de desequilibrio mental. La edición en español ofrece una mezcla de una parte de los relatos publicados en el original y algunos de los publicados en la edición holandesa, pero en la introducción siguen siendo citados algunos de los que no están como si estuvieran dentro del volumen.
Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.
- El sospechoso insospechado (Isaac Asimov, 1973): trabajo perteneciente a la línea narrativa Los viudos negros, lo que ya debería ser un aviso, intrascendencia con toques interesantes indirectos sobre el clasismo.
- Lo siento, señor Griggs (Stanley Cohen, 1974): trabajo con bastante violencia, sin regodearse en ella, y con un protagonista bien retratado en su desequilibrio.
- La especialidad de la casa (Stanley Ellin, 1948): relato famoso y premiado, más impactante en su época que hoy desde todos los puntos de vista.
- No tires nada por la ventanilla (Michael Avallone, 1968): brevedad que se ve venir de lejos en cuanto a la idea general.
- La elección (Richard Deming, 1954): relato que se acerca a realidades políticas y delictivas que han existido siempre, pero que no se solían mostrar tan abiertamente por entonces.
- Pan sobre las aguas (Robert Edward Eckels, 1973): picaresca, estafas, buscavidas y una idea que, en cierto modo, puede recordar a conceptos usados en obras como Sé lo que estás pensando.
- Durante el cuarto año de guerra (Harlan Ellison, 1979): interesante relato que funciona igual de bien desde lecturas “realistas” y desde las más “fantásticas”.
- Perlas de paz (Leslie Charteris, 1958): intrascendencia desde puntos de vista literarios, pero trabajo perteneciente a la línea narrativa El santo que fue un éxito comercial.
- Luz en la cabaña (David Ely, 1974): trama sobrenatural que se imbrica bien con la temática de misterio/noir de la antología.
- La tortuga de agua (Patricia Highsmith, 1962): relato bastante conocido, con una escena que suele atrapar a los lectores y con la que juega muy bien la escritora.
- Juego de salón (Gary Brandner, 1976): trabajo Hardboiled perteneciente a una línea narrativa del autor centrada en un duro detective privado, con toque hipócrita bien conseguido.
- La prueba (Bill Pronzini, 1973): relato centrado en el enigma de cómo se cometió un crimen, pero que quizá no se preocupe de muchas otras cosas al respecto.
- El púrpura es todo (Dorothy Salisbury Davis, 1964): robos, amor casi patológico por el arte y una protagonista bastante “especialita”.
- Habladurías (H. R. F. Keating, 1979): relato más logrado por lo “exótico” de su escenario para esta clase de narraciones que por otras razones.
- El hombre que había leído a John Dickson Carr (William Brittain, 1965): homenaje relativo a la lectura y concepción poco común del plan para el crimen perfecto.
- Una presunta firma de A. Lincoln (Ellery Queen, 1965): coleccionismo y delito en un texto con aires anticuados y perteneciente a una serie que tuvo relativo éxito (al menos de público) en su subgénero hace ya bastantes décadas.
- Los grabados de Hogarth (Frank Sisk, 1973): interesante relato por usar una técnica, la epistolar, poco habitual en estas temáticas y muy apropiada en esta trama, por su manejo del humor negro y por los sucesivos giros de tuerca en su argumento.