Género. Novela.
Lo que nos cuenta.
En el libro Una verdad delicada (publicación original: A Delicate Truth, 2013)
somos testigos de una operación de la inteligencia británica en Gibraltar contra
la venta de armas a terroristas. La operación tiene el auspicio del Ministerio
de Asuntos Exteriores británicos y, como testigo, está uno de sus miembros, uno
que no solía participar en operaciones y que, además, lleva lejos de la primera
línea de actuación mucho tiempo. En la operación también interviene una empresa
privada de inteligencia y operaciones, al servicio de los británicos, y el
desarrollo de la acción tiene un resultado discutible y, hasta cierto punto,
indeterminado. Tiempo después, otro de los participantes en la operación tiene
dudas sobre lo que sucedió en realidad y las implicaciones de la acción.
Mi opinión.
Novela de ritmo ramplón y exposiciones lánguidas, alternadas con infodumps de difícil
digestión (al menos para este lector), con tendencia a la caricatura de
personajes (sin querer, estoy seguro, y en especial los “antagonistas”), que va
de menos a más pero quizá demasiado tarde, con situaciones, organizaciones y
personajes reconocibles desde su contrapartida “real”, con personajes bastante
planos y movidos por motivaciones discutibles (excepto las más básicas) y muy
lejos de los grandes trabajos que ha ofrecido le Carré en su carrera.
Destacado. La complejidad
de la trama que fue sello de identidad del autor queda a un lado, empujada por
la (cierta) complejidad narrativa (¿o debería decir “confusión narrativa”?) en
cuanto a la exposición de la trama (tal vez, por su simpleza, le Carré creyó
que era la mejor manera “enredar”).
Potenciales Evocados. Otros trabajos de le Carré pasados por los tamices de
la simplicidad, lo explícito de sus implicaciones y la falta de chispa (el más
concreto, quizá, El jardinero fiel); empieza intentando ser Clancy y se desarrolla intentando
ser Hitchcock.