-La resaca de lo ochentero puede ser suave, pero no
deja de ser resaca.-
Edición en español (1992) |
Lo que nos cuenta. En el libro Los amos de la noche (publicación original: Nightlife, 1991), unos narcotraficantes colombianos consiguen hacerse
con varios kilos de una sustancia que usa la tribu de los yanomamö, en las junglas
del sur de Venezuela, con fines rituales. La llegada de la droga a Florida revelará
sus mortales capacidades para sacar el animal interior de las personas y el responsable de su
comercialización en territorio estadounidense descubrirá que puede ayudarle a
que pueda medrar en el negocio, aunque tendrá que hacer que desaparezcan todos los que lo puedan relacionar con el material, conocido como limpiacráneos. Pero un
guerrero yanomamö viajará hasta la civilización para recuperar la droga,
rastreándola a lo largo de la cadena de distribución.
Mi opinión. Novela entretenida con grandes
problemas de ritmo (porque es irregular e interrumpido por decisiones del autor
respecto a la trama y su manejo), que se podría ver como parte de los últimos
coletazos de las tendencias ochenteras al respecto del horror urbano, aunque, en
este caso, manejadas con cierta contención general y ninguna en el
particular de varias descripciones, que destaca por el exotismo de ciertas
derivas en sus contenidos, pero, en realidad, se basa en esquemas conocidos, fácil de leer y con alguna escena
que no se olvida con facilidad.
Destacado. Tony Mendoza, un villano logrado y
fascinante desde lo repugnante.
Potenciales Evocados. Las visiones
chamánicas de La jungla esmeralda en versión Clive Barker.