jueves, 31 de octubre de 2013

ENSAYO SOBRE LA LUCIDEZ. José Saramago

-Relacionado con otra obra del autor, de despliegue y resultado distintos.-  

Portada del libro Ensayo sobre la lucidez, de José Saramago
Edición en español (2004)
Género. Novela.

Lo que nos cuenta. En el libro Ensayo sobre la lucidez (publicación original: Ensaio Sobre a Lucidez, 2004) y en un día lluvioso, el presidente de la mesa electoral número 14 se prepara, junto al resto de miembros de la mesa y delegados, para recibir a los votantes de una elección municipal. Si bien es cierto que los pronósticos apuntaban un aumento de la abstención, la inquietud es bastante elevada en el grupo cuando el primer votante tarda más de una hora en aparecer y los siguientes irán llegando a cuentagotas, aunque más tarde el número aumentará. Finalmente, de los votos emitidos más del 70 % son votos en blanco. Las autoridades y las diferentes fuerzas políticas empezarán a preocuparse y a revisar la ley para ver cómo pueden manejar la situación, incómoda e inesperada.

Mi opinión. Novela mimetizada bajo formas de ensayo, pero novela al fin y al cabo, con pocos diálogos y, los que hay, están camuflados en la narración, que trata de provocar sin conseguirlo (al menos conmigo, y sospecho que no soy el único), más actual ahora que cuando se publicó porque recuerda a la ciudadanía el poder que tiene y del que muchas veces parece que no es consciente, que se acerca a la distopía para unos y a la utopía para otros, pero sin llegar a ninguno de los dos destinos, de ritmo bamboleante, con sobrepeso, irregular en su alcance aunque su planteamiento sea original en cierto modo, por momentos muy bien escrita, con tendencia a la monotonía y muy crítica, desde la ficción, con muchas cosas, tanto las que retrata con mordacidad como las que ensalza en lo aparente, pero no termina de engrandecer.

Destacado. La premisa, que no los desarrollos narrativos.

Potenciales evocados. Inevitable encontrar puntos en común con Ensayo sobre la ceguera, pero con intenciones sociopolíticas muchísimo más intensas, por no llamarlas directamente activismo, y con menos energía.

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