Género. Ciencia ficción.
Lo que nos
cuenta. El
libro Las máquinas de Dios (publicación original: The Engines of God, 1994) nos
lleva un par de siglos en el futuro hasta una Tierra sobrepasada por el consumo
de recursos de sus habitantes y por el daño al medio ambiente. La búsqueda de
otros mundos para colonizar ha traído, además de potenciales nuevos destinos
para la raza humana, el descubrimiento de estatuas, edificios y otros
monumentos que parecen haber sido construidos por una misma raza de la que no
se sabe mucho, conocidos como los Creadores de monumentos, y cuyas intenciones
son objeto de diferentes teorías. Ciertos eventos hacen que unos arqueólogos
tengan una nueva interpretación del fenómeno que, si fuera cierta, pondría en peligro a la
humanidad. Primer libro de la serie Las máquinas de Dios.
Mi opinión.
Novela de ritmo lento (excepto al final, cuando se acelera mucho), con
personajes (quizá demasiados, o más bien con un pobre manejo de su importancia
real o relativa) construidos mediante mínimos y solo como herramientas al
servicio de la trama, que supuestamente se centra en el tema de arqueología
alienígena y, sin embargo, hace mucho hincapié (mucho, de verdad) en escenas de
accidentes peligrosos, averías amenazantes y catástrofes mortales, con espacio
para mostrar de varias formas lo mal que van las cosas en la Tierra, más
interesada en “manejar” (sí, “manejar”…) los misterios que en cualquier tipo de
punch narrativo, de conceptos interesantes y ejecución entretenida sin
más (dentro de un marco amplio de entretenimiento).
Destacado. La “chicha”
del asunto daba para una buena novela corta. El resto son Jes Extenders
literarios con más o menos acierto (mínimo, de todas formas).
Potenciales
Evocados. Ideas de Alastair Reynolds o Cixin Liu, pero manejadas a lo Clarke (en
lo narrativo, quiero decir) y a lo Asimov (en cuanto al desarrollo de personajes,
quiero decir).