-Cerrando el círculo, pero ni sin fisuras ni
herméticamente.-
Lo que nos cuenta. En el libro Mona Lisa Acelerada (publicación original: Mona Lisa Overdrive, 1988) conocemos a Kumiko, una joven japonesa hija de un yakuza que debe trasladarse de forma temporal a Londres por su propia seguridad, al cuidado de un asociado de su padre, y que
posee una consola Maas-Neotek desde la que se manifiesta la imagen de un
muchacho llamado Colin. Slick Henry es un artista industrial y alternativo al
borde de la indigencia y con problemas psíquicos al que un delincuente encarga
el cuidado y ocultamiento de una persona que parece estar viviendo en el
ciberespacio sin ser consciente de la realidad que lo rodea y que es conocido
como el Conde. Angela Mitchell es una artista de los medios visitada por los
loas durante sus contactos con el ciberespacio. Mona es una prostituta de
enorme parecido con Angela y quien tiene que afrontar su vida como puede. Tercer
y último libro de la trilogía del Sprawl (o trilogía del Ensanche, para otros).
Mi opinión. Remate a la trilogía, situado varios años
después de los acontecimientos de Neuromante y que usa personajes tanto de
esa novela como de Conde Cero para tratar de cerrar los hilos de argumento que
suponen una trama común y coordinada (aunque eso es más que discutible, en
realidad), que sigue usando la coralidad en su narración como el libro anterior, que aunque propone soluciones de continuidad y finales a muchas
líneas trazadas en los otros dos libros lo hace de forma rebuscada, retorcida y
poco clara en muchas ocasiones, con un estilo que por un lado ya no sorprende y
que por otro incluso podría parecer hasta forzado en esta ocasión, que incluso a
algunos les podría parecer un trabajo bajo encargo (y aunque no sea cierto hay
muchos argumentos para pensarlo), exitoso en los conceptos, pero ni en el
detalle, ni en la ejecución concreta, por desgracia, en esta ocasión.
Destacado. Como lo interesante, a fuerza de ser
repetitivo, deja de serlo.
Potenciales Evocados. Mezcla de Neuromante y Conde Cero en varios sentidos, algo que aunque suena fácil es muy acertado, pero
lejos de las cotas de fascinación sucia y tecnológica que supuso el Cyberpunk de Neuromante hace ya tres décadas.