Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta. En el libro Descomposición orbital (publicación original: Orbital Decay, 1989) conocemos a Samuel K. Sloane, un trabajador especializado en construcción y mantenimiento en gravedad cero que, tras un accidente cerca del
cráter Rayo Sur en la Luna, comienza a recordar (y a grabar para la posteridad
por si no consigue ser rescatado) sus recuerdos sobre lo que ocurrió en una
estación espacial en la que trabajaba y que tenía un módulo secreto controlado
por la NSA para labores de espionaje.
Mi opinión. Novela de ritmo suave, muy basada en las
actitudes de los personajes para crear su personalidad y que más tarde tenga
sentido su intervención en el devenir de la trama, políticamente posicionada y casi activista, con
sobrepeso, previsible en general, con tonos de añoranza casi crepusculares y
entretenida dentro de su propuesta.
Destacado. En algún aspecto de su argumento, increíblemente
actual.
Potenciales evocados. Arthur C. Clarke (probablemente el de Fuentes del paraíso) y
Robert A. Heinlein (en concreto el de La luna es una cruel amante) piensan juntos un thriller orbital ambientado en un futuro
cercano, pidiéndole consejo a Frederick Forsyth, pensando en los trabajadores de
plataformas petrolíferas aisladas, habiendo visto la película Armageddon y ciertas escenas de Space Cowboys.