Género. Novela.
Lo que nos cuenta. En el libro Memoria de mis putas tristes (publicación original: 2004), un anciano colombiano poco agraciado decide regalarse una
noche de amor loco con una adolescente virgen, como homenaje a los noventa años
que lleva en este mundo, y recurre a una alcahueta a la que llevaba veinte años
sin ver.
Mi opinión. Trabajo lejos de los monumentos literarios
que ha erigido este autor años atrás, que hace ficción sobre realidades
palpables, sentidas y algunas hasta compartidas, costumbrista a su manera
respecto a ciertos aspectos de su Colombia natal, que juega bastante bien con
el lector que deberá estar atento a muchos detalles, con una temática que puede
crear rechazo previo y que luego es manejada de una forma inteligente (o al menos no
tan conflictiva como podría suponerse), que ofrece otra
visión al concepto “crepuscular” mientras repasa temas universales, sin apenas
diálogos, muy corto y rápido de leer, que navega entre lo entrañable y lo
ridículo sin pudor, con grandes frases (no todas del autor), bien escrito y con
aires de fábula en ocasiones.
Destacado. Muchos homenajes a grandes libros.
Potenciales evocados. Humbert Humbert crepuscular con
reminiscencias de Tartarín de Tarascón y hasta, por momentos, de Tyrion
Lannister si llegase a viejo (que está por ver, o al menos lo estaba en el momento de publicar esta reseña).