-A falta de un apocalipsis, igual dos.-
Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta. En el libro Apocalypse (publicación original: 2012) y en el año 2070, Alex Keener cumplió ayer los dieciséis años y, como es tradición en el Bunker 108, se lo considera adulto para su salida al páramo exterior en misión de reconocimiento, un lugar peligroso, por lo que las reglas son disparar primero y preguntar después si uno se encuentra con habitantes de las tierras baldías, aunque los encuentros con ellos no son algo demasiado habitual. Alex sale con Michael, ya veterano, a recorrer la zona que rodea el Bunker 108, en lo que una vez fue California antes de que el meteorito Ragnarok acabase con la práctica totalidad de la vida y civilización en el 2030. Cuando encuentran a un hombre herido con el símbolo del Bunker 114, deciden llevarlo con ellos de vuelta, pero Alex está seguro de haber visto a una mujer vigilándolos. Tras estabilizar al herido, se descubre que está infectado con un xenovirus sobre el que el Bunker 108 lleva investigando mucho tiempo. Primer libro de la serie The Wasteland Chronicles.
Mi opinión. Distopía posapocalíptica predecible hasta niveles deliciosos, narrada en una primera persona que, más que servir para el lector sienta lo que pasa por la cabeza del protagonista y trate de compartir sus emociones, resulta ser una herramienta muy básica para dar datos sobre la trama y tratar de explicar muchas cosas, un recurso a la altura del resto de la sencilla narración, entretenida, pero trillada mezclando un gran número de detalles y recursos que ya conocemos de muchos otros trabajos y no únicamente de esta temática e incluso de otros géneros, tocando hasta la narrativa fantástica, de personajes reconocibles en su bidimensionalidad, de ritmo que tarda en volverse trotón y que resultará agradable, hasta cierto punto, para los fans más irredentos de los posapocalipsis “a la Bethesda”.
Destacado. El toque retro, sin duda a su pesar.
Potenciales evocados. Cóctel, sin cafeína si quiera, de la saga Fallout en ambientes Z, sin serlo en realidad, y toques Defiance.