Edición en español (1986) |
-El Vance menos sarcástico.-
Género. Novela corta.
Lo que nos cuenta. En el libro El último castillo (publicación original: The Last Castle, 1966), Castillo Janeil acaba de ser destruido, junto con sus habitantes, por los meks rebelados que no hacen distinciones entre la clase social que tanto importa a los humanos ni respetan los seis siglos que la fortaleza llevaba en pie. El mek es un organismo nativo del planeta Etamin Nueve, de aspecto entre hombre e insecto, a cuya psique y razonamiento los humanos no han prestado mucha atención durante todo el tiempo que los han tenido como esclavos y cuya rebelión ha sido toda una sorpresa. En Castillo Hagedorn, del que sus meks han desaparecido de manera súbita creando perspectivas ominosas, sus líderes reciben con incredulidad y enfado las noticias del levantamiento y de los ataques a los castillos mientras debaten sobre qué hacer a continuación.
Mi opinión. Conocida novela corta (dentro de los trabajos del autor y dentro del propio género) que trabaja la ciencia ficción desde planteamientos medievales futuristas, con personajes ad hoc para lo que nos quiere contar Vance, que mezcla de manera íntima planteamiento y nudo durante buena parte de la narración sin ninguna prisa para llevarnos, de forma repentina, hacia un desenlace que sin ser súbito sí que es acelerado, que como tantas otras obras del escritor crea de la nada una sociedad con sus propias reglas, aunque esta vez menos chocantes e irónicas, a excepción de algunas deliberaciones de los líderes, sí y más serias y duras, que además trabaja atmósferas crepusculares con más intensidad que en otras ocasiones, que en lo técnico no ha envejecido un ápice, pero que en cuanto a su contenido no pasa lo mismo y que aportó bastante en su momento al palmarés del recientemente fallecido autor.
Destacado. A diferencia de la mayoría de la producción de Vance, aquí se podrían buscar y encontrar con facilidad intencionalidades metafóricas más allá de la propia trama.
Potenciales evocados. Igual que Brandon Sanderson crea sistemas de magia, Jack Vance crea sociedades curiosas (aunque esta vez menos simpáticas de lo habitual en él); sociedad parecida a la de Qué difícil es ser Dios, pero más extrema, más cerca del fin, menos poblada y con seres que pueden recordar al Bug de los Micronautas luchando contra el orden establecido.