-Muchos de los
ingredientes habituales en Vance, pero esta vez no se mezclan bien.-
Edición en español (1988) |
Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta. El libro Los
Príncipes Demonio (publicación original: a diferencia de lo que es
habitual, la edición en español unió en dos volúmenes las cinco novelas de la
línea argumental Demon Princes casi una década antes de que se hiciera
en su idioma original por primera vez, en 1997. Hasta entonces, las novelas se
habían publicado en volúmenes independientes; este libro contiene Star King,
1964, aunque se comenzó a publicar de forma serializada el año anterior, The
Killing Machine, 1964, y The Palace of Love, 1967) nos presenta a
Kirth Gersen, un hombre que ha jurado venganza contra los que mataron a la
gente del pueblo en el que vivía y a casi toda su familia años atrás. Sus
enemigos son criminales buscados a lo largo y ancho del espacio habitado,
expertos en ocultarse mientras delinquen, amigos del subterfugio conocidos como los Príncipes Demonio, cada uno de ellos con peculiaridades de
carácter y modus operandi. Las averiguaciones de Kirth lo ponen tras la
pista de uno de ellos, Attel Magalate, conocido como el Rey Estelar. Primer
libro de los dos que componen la saga Los Príncipes Demonio.
Mi opinión. Trabajo que tiene la
mayoría de los recursos de Vance en sus páginas, como las entradas de
enciclopedias o ensayos ficticios que traen información sobre el trasfondo, los
pies de página “especialitos”, el Pulp, las culturas peculiares y los
héroes decididos, entre otros, pero que ni trabaja la socarronería que tan
buenos resultados dio al autor en otras obras (aunque la podamos encontrar en
algunos momentos puntuales), ni logra mantener un ritmo estable ni consigue
descargar de lastre todas las vueltas y revueltas a las que recurre para crear
la trama de detectives “policiaca” que, con diferencias puntuales en el caso del argumento de
cada Príncipe Demonio, se repite en cuanto al esquema general.
Destacado. Esta vez no tenemos ese
toque tan especial de Jack Vance.
Potenciales Evocados. Uno muy claro, Agatha
Christie, que no se disuelve bien en la sopa de Vance.