-Antología con
varios títulos nominados y premiados.-
Edición en español (1976) |
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta.
El libro Viajeros del tiempo
(publicación original: The Best Science
Fiction of the Year 4, 1975) es una antología de relatos de ciencia ficción
seleccionados por Terry Carr (que además de la introducción firma unos breves prólogos
a cada obra) a partir del material de distintas revistas y antologías
publicadas en el año 1974. La edición en español tiene cuatro relatos menos que
la original, sus temas son muy diversos y para nada centrados en los viajes en el tiempo (excepto un caso), no se equivoquen ustedes.
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- Nosotros, los
comprados (Frederik Pohl): relato que empieza como uno más (una trampa muy
sibilina de Pohl), dentro de que la idea de que el producto de intercambio con
alienígenas sean los propios humanos era poco manoseada en su tiempo, narrado
con alegría y soltura que poco a poco se oscurece hasta el horror de diferentes
clases mediante el despliegue de la psique del protagonista, que se revela,
mientras el autor juega con el control alienígena (o no…) y termina por ofrecer
un trabajo difícil de olvidar.
- El hombre del
agujero (Larry Niven): trabajo muy de los gustos de otras épocas, que del tema
del descubrimiento de restos de otra civilización en Marte se desplaza, poco a
poco, hacia un tema más Hard y con alguna deriva noir tipo Asimov.
- Nacidos con los
muertos (Robert Silverberg): interesante trabajo tanto en la técnica (dos
líneas argumentales que incluso cambian de tiempo) como en lo que nos cuenta
porque, con la excusa de personas que vuelven a la vida pero “cambiados”, hace
un repaso de distintas visiones de la muerte en diferentes culturas mediante un
remedo de los eventos que rodearon a Orfeo y Eurídice. Además, ofrece un final obvio pero tan simbólico que llama mucho la atención.
- El autor de las
Semillas de Acacia y otros extractos del Diario de la Sociedad de Zoolingüistas
(Ursula K. Le Guin): delicia suave que deja mucha de la carga interpretativa
del fondo de la cuestión al lector pero, mientras tanto, ofrece una agradable
trama de ideas Le Guin, sí, pero formas más cercanas al Stanislaw Lem más “ensayista”.
- Ícaro de las
tinieblas (Bob Shaw): relato oscuro sobre el deber llevado hasta la obsesión en un marco
muy poco común.
- Ligeras acotaciones
sobre los temponautas (Philip K. Dick): trabajo del que ya hemos hablado, pero con
el nombre Algo para nosotros temponautas.
- En Venus
tenemos un rabino (William Tenn): crónica del Primer Congreso Interestelar
Neosionista en el que las cucarachas tentaculares de Rigel solicitan ser considerados
judíos (ahí queda eso…), texto repleto de sarcasmo, ironía y algún momento lleno
de mala baba.
- El centro del
resorte primordial (Roger Zelazny): el ciborg Bork, que hace mucho tiempo fue
Charles Eliot Borkman, es protagonista, secundario y sujeto pasivo a la vez de
una historia que combina la eutanasia con el amor y que, en algún aspecto concreto,
puede recordar a El hombre que amó a la Faioli.