-La mejor
cárcel es aquella que no muestra sus barrotes ni sus muros.-
Edición en español (2009) |
Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta.
En el libro El corcel (publicación original: The Mount, 2002) conocemos a
Charley, un muchacho en forma de la raza Seattle, una montura con buena
combinación de fuerza y tamaño, hijo de un campeón llamado Sam y al que los
alienígenas que dominan nuestro planeta, conocidos como Chillones por las
monturas, llaman Sonrisas. Cuando es entregado como montura de un Pequeño Amo,
descubre que no es uno cualquiera: es Su Excelente Excelencia, el Próximo
Gobernante de Todos Nosotros. Ambos comienzan su adiestramiento mientras entre
los dos se genera, poco a poco, un vínculo especial.
Mi opinión. Carol Emshwiller, fallecida en febrero de este año, nos presenta un trabajo narrado con mucha (pero mucha, mucha) pericia técnica y sensibilidad
(tanto a nivel narrativo como a nivel de trama), de ritmo estable todo el
tiempo, que retuerce los convencionalismos de las novelas de aprendizaje a
todos los niveles para ofrecer, además de eso, una obra sobre varios temas a la
vez como la libertad, el bien mayor frente al individualismo, las relaciones
padre-hijo, la madurez y varios otros, con un protagonista muy bien retratado en
su personalidad (fruto de su entorno, edad y conocimiento limitado de muchas
cosas) y con el apoyo de una más que apropiada forma de narrar el libro desde
su mirada, con un final algo “distinto” (y quizá menos potente) a lo que uno podría suponer a tenor de
lo desarrollado en sus páginas con anterioridad, abierto a interpretaciones más
alegóricas de lo presentado de forma directa (pero innecesario, diría yo) y una
novela difícil de olvidar.
Destacado. La
habilidad de la autora para huir de las tramas y temáticas que uno esperaría de
un planteamiento como este (humanos subyugados por alienígenas) y, por el
contrario, tomar otros rumbos.
Potenciales Evocados. Con todos los ingredientes para una obra YA como
cualquier otra, Emshwiller cocina un trabajo con una madurez y seriedad
llamativas, pero más cercano a un anual de Hulk de mediados de los ochenta, con
aquel parásito de La Encrucijada, que a cosas como El planeta de los simios.