-La forma y las atmósferas por encima de la trama.-
Lo que nos cuenta. En el libro No es país para viejos (publicación original: No Country for Old Men, 2005) un hombre maduro y veterano de guerra, Llewelyn Moss,
descubre en el desierto tejano durante una salida de caza los restos de un
tiroteo entre narcotraficantes que deja muchos cadáveres, una buena cantidad de
droga y más de dos millones de dólares en efectivo. Cuando se apropia del
dinero, Llewelyn pasará a ser buscado por la ley y por los individuos contratados por los delincuentes para que averigüen qué sucedió y dónde está lo que
es suyo.
Mi opinión. Trabajo que, si bien se mantiene dentro de
marcos noir ya conocidos, lo hace con una forma de narrar llamativa, con
momentos filosóficos (que generan sensaciones encontradas) por parte de uno de
los personajes que van interrumpiendo la acción, de ritmo contenido, bastante
rápida de leer, llena de poesía oscura, con una atmósfera densa y palpable, de
personajes que representan ideas y factores de la trama mientras son muy
humanos y comprensibles, narrada a ráfagas (marca del autor), entretenida, pero
no redonda, y que atrae, pero no termina de atrapar.
Destacado. Anton Chigurh: repulsivo y fascinante.
Potenciales Evocados. Más parecida a
Meridiano de sangre que a La carretera en cuanto al estilo, pero que podría
ser de Ed McBain o Donald Westlake en cuanto a la trama (que no en cuanto al tono).