miércoles, 23 de septiembre de 2020

CIUDAD MALDITA. Arkadi Strugatski y Boris Strugatski

-Unos Strugatski menos cómodos de lo habitual, sin que hayan sido muy cómodos por lo general .-
Portada del libro Ciudad maldita, de Arkadi y Boris Strugatski
Edición en español (2004)

Género. Ciencia ficción.

Lo que nos cuenta. En el libro Ciudad maldita (publicación original: Град обреченный, 1989, aunque al parecer se escribió más de una década antes sin que pudiera ver la luz) conocemos a Andrei Voronin, astrónomo ruso de los años cincuenta que ahora vive, junto a muchas personas de diferentes épocas, en la Ciudad. En ese lugar el sol ni sale ni se pone de forma normal, ocurren eventos extraños como ataques de babuinos o desplazamiento de edificios, y la gente tiene empleos muy diferentes a su formación académica y profesional, como en el caso de Andrei, quien se dedica a la recogida de basuras. La ciudad está en un lugar indeterminado y bajo circunstancias conocidas como El Experimento, que parecen ser controladas por los enigmáticos Preceptores, y Andrei cambiará de trabajos mientras su personalidad también cambiará.

Mi opinión. Novela más orientada a una clase de literatura que evita seguir la mayoría de las reglas no escritas de la ciencia ficción, con una intencionalidad política más que obvia respecto a los totalitarismos del siglo XX y, sobre todo, a la vida en la URSS como ciudadano de a pie, muy “rusa” en cuanto a la abundancia de diálogos extensos en los que los personajes tienden a pontificar, de ritmo lento, que genera muchísimas preguntas en el lector y responde muy pocas, muy insistente en mensajes críticos sobre los totalitarismos y con cierto grado de fascinación, pero también de aridez.

Destacado. Los paralelismos con la realidad totalitaria son demasiado evidentes como para hablar de simbolismo o surrealismo.

Potenciales Evocados. ¿Recuerdan Qué difícil es ser dios y Stalker. Pícnic extraterrestre? Pues esta novela está lejos de ellas; tal vez, el guion de una mezcla de Dark City y Perdidos escrito por Solzhenitsyn.

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