-Homenaje a la ciudad, a su manera, sin salirse de la
fosquedad que abandera la colección.-
Género.
Relatos.
Lo que nos
cuenta. El
libro Calabazas en el trastero: Zaragoza negra (publicación original: 2011) es una
antología de relatos de horror y terror, con prólogo de Elías Fosco y con la
ciudad de Zaragoza como temática común. Libro perteneciente a la serie Calabazas en el trastero, pero publicado como número especial fuera de
colección (y fue el primero de esa clase de números).
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- Zaragótica, una
historia de los ochenta (Cristina Ruberte-París): ejercicio narrativo llamativo
dentro de una antología como esta, con una atmósfera lograda y una técnica
sólida, por más que tal vez no sea de horror exactamente.
- Asedio zombi, o
el Tercer sitio de Zaragoza (Rubén Serrano Calvo): brevedad sin sorpresas,
porque el título avisa.
- La chica del puente
(David Jasso): relato que tarda en arrancar porque se toma su tiempo en
presentarnos al protagonista, que se acerca de manera muy “especialita” al tema
de los vigilantes y al horror.
- Presentimiento
(Julio Blanco García): historia sobrenatural con tropos bisoños y una temática
conocida en una u otra forma.
- El hombre de
Octubre (Blanca Libia Herrera): aires a otras épocas del género y decisiones de
estilo que no los actualizan ni potencian.
- Sacerdotisas
para morir (Eduardo Prades y José Antonio Prades): ejercicio cercano, muy
cercano, al Pulp cultista picantón.
- Billete mortal
(Roberto Malo): brevedad sencilla que, tras fintar en otras direcciones, nos lleva
a caminos muy recorridos.
- Teseo y el
minotauro (Óscar Bribián): otro texto con tropos bisoños que podría homenajear,
a su manera, a El modelo de Pickman.
- La invasión (Ángel Sobreviela): surrealismo inquietante, breve y de buen ritmo.
- La muerte ronda cerca (Marco Maldonado): dos historias que se cruzan en un punto y que, al menos a este lector, le parecen fragmentos de algo mayor.
- Sed (Fermín Moreno): relato de buen ritmo que finta hacia un tipo de temática para, después
de un par de esquivas más, terminar por ser de una clase diferente e inesperada
(al menos, inesperada para este lector).
- Seguros Alba
Eterna (Victoria Trigo Bello): más pinceladas sobrenaturales que horror, en un
texto suave, con intención, muy agradable de leer y lleno de sensibilidades de
varias clases a pesar de su sequedad.
- Las fauces de
Zaramorta (Juan Ángel Laguna Edroso): quizá el relato que, desde la Fantasía,
se acerca más al espíritu de la temática propuesta y lo hace con una mezcla de
cuento e historia de terror oscuro lograda en ambiente, escenario y trasfondo
intuido a pesar de su relativa brevedad.