-Los conceptos que no dan para una novela no deberían
estirarse.-
Lo que nos cuenta. En el libro Sadrac en el horno (publicación original: Shadrach in the Furnace, 1976), la humanidad ha sufrido los estragos de una
gigantesca explosión volcánica y de guerras biológicas; ahora, en el siglo XXI,
el mundo está regido por Genghis II Mao IV Khan desde Ulan Bator, un hombre ya
anciano pero con una salud relativamente buena gracias a la tecnología y los
cuidados de su médico, Sadrac Mordecai, que incluso tiene implantes en su
cuerpo que le informan en tiempo real de las variaciones en el organismo del
presidente. Varios proyectos secretos están destinados a prolongar la vida del
soberano y Sadrac es de las pocas personas que los conoce, pero ni
siquiera él tiene idea de todos los planes del Khan a ese respecto.
Mi opinión. Trabajo con sobrepeso, que podría haber
sido una correcta novela corta o un relato largo pero que se amplió (es una suposición propia, nada más) sin base
para hacerlo y sus cimientos se resienten, de ritmo lento, con una distopía
apenas trabajada al fondo (más allá de las sensaciones de la vida en la corte
del dictador y dulcificadas, a mi modo de ver), que se lee más por inercia que
por interés real y verdadero, sin mucha proteína y lejos de lo más interesante
del escritor.
Destacado. La inclusión del diario de Genghis Mao, porque
rompe un poco la tónica general y para bien, por más que tampoco haga que el
libro levante el vuelo.
Potenciales Evocados. Totalitarismos
asépticos y paternos en potenciales situaciones Dexter Ward o InMortal, con
un protagonista entre un Guy Montag galeno y un Sinuhé forzado a tomar medidas.