-Con todo, destacada dentro de lo que se ha hecho en
español en el género.-
Lo que nos cuenta. En el libro Lágrimas de luz (publicación original: 1984), Hamlet Evans es un payaso y director de circo que debe huir con su troupe del planetoide en el que actúan ante
la llegada de una nave de combate de la Corporación, la Confederación de
Planetas, que rige una Tercera y Gloriosa Edad Media. Cuando tenía veinte
años, Hamlet vivía en la Tierra y soñaba con ser un escribidor, narrador de cuentos y fábulas poéticas, consiguiendo
una plaza en Monasterio, un planeta dedicado a la formación de poetas que
cantasen las hazañas de las Fuerzas Armadas y creasen composiciones eternas
sobre la gloria de su Conquista.
Mi opinión. Novela que hace Space Opera a su manera (muy
propia y creo que hasta sin querer) presentando algunos ángulos de
una epopeya triste, desencantada sin duda (¿o será humana?), que ha
envejecido con dignidad y solvencia después de tres décadas, escrita con un
hambre de literatura (no sólo de género) enorme, que retrata una Edad Media
futurista distópica narrándola con estilo y atmósferas muy acordes a la misma, que
toca muchos palos distintos, que por momentos se regocija en sí misma, que
mezcla amargura e ingenuidad dentro de las enormes ganas (y capacidad, hay que
señalarlo también) con la que está escrita, que tiende a huir del
diálogo, con un protagonista con quien se conecta de forma intermitente (pero
con fuerza en los momentos de contacto) y arropado con otros personajes que no
terminan de alcanzar un volumen importante por más que sea suficiente, que
trata de proponer reflexiones de mucho alcance y alguna hasta muy actual, de
ritmo irregular y ciertamente agradable de leer.
Destacado. Después de treinta años sigue generando
debates y opiniones sobre su orden de relevancia dentro de la ciencia ficción española.
Potenciales Evocados. Un Jaskier con una personalidad
que evoluciona y llega a mezclar a Bora Horza Gobuchul, Barry Lyndon, William Mandela y Zampo.