-Resultados muy propios, con independencia del impacto.-
Lo que nos cuenta. El libro Pájaros en la boca (publicación original: 2009) es una recopilación de relatos de la autora, todos publicados con anterioridad con excepción de uno, que ofrecen una sucesión de pequeñas y grandes tragedias en el malecón de un puerto, en un hogar durante la Navidad, en una juguetería, en el cuerpo de una embarazada, en la puerta de un colegio, en un par de bares de carretera distintos o, entre otros, en la cabeza de un pintor.
Mi opinión. Sin embargo, más allá del tamaño de las citadas tragedias, lo que importa es cómo se ofrecen desde lo técnico y lo narrativo para prescindir casi siempre cualquier explicación por parte de un narrador que se meta en la escena, para dejar en los comportamientos y palabras de los personajes (casi) cualquier explicación necesaria y para volcar en el lector la tarea interpretativa de los verdaderos significados escondidos tras los significantes (léase “acciones”, “discursos” o “pensamientos”).
Textos de longitud, intensidad e impacto variables, de ritmo muy alto en general sin que estén repletos de eventos ni sucesos concatenados, con algunos relatos especialmente llamativos (para este lector al menos) y un trabajo interesante que deja cierta sensación frustrante (en este lector al menos), como si faltara alguna pequeña cosa para generar una satisfacción completa.
Destacado. La autora tiene una forma muy concreta de narrar, con independencia de que funcione o no en según qué ocasiones y según qué tramas, que ejerce un atractivo extraño (al menos, insisto, lo ejerce en este lector).
Potenciales Evocados. Siempre me resulta difícil esta parte cuando se trata de Samanta Schweblin… quizá un cruce imposible entre Kelly Link y Raymond Carver… pero no sé… es tan propio…