Lo que nos cuenta. El libro Estación Araminta (publicación original: Araminta Station, 1987) transcurre en el centro que da nombre al libro, la Estación Araminta, el núcleo de la administración política
y social del planeta Cadwal, colonizado hace varios siglos y declarado reserva
natural por lo que pocos humanos han podido poner el pie en el planeta. Los
descendientes de los primeros científicos destinados al lugar han creado "casas" casi nobiliarias que se encargan de
los distintos aspectos del cumplimiento de las leyes y normas que rigen el
planeta y a sus habitantes. Glawec Clattuc es un joven que, a sus dieciséis años, debe obtener su
status de ciudadano y que comenzará a ver los intereses, secretos e intrigas
que hasta ahora no conocía, tanto de carácter político como familiar. Por
alguna razón que desconozco por completo, el editor español decidió publicar esta obra en dos volúmenes a diferencia del volumen único del original. Primer libro de la trilogía Crónicas de Cadwal.
Mi opinión. Trabajo que evita la picaresca y abraza la
ironía, muy juvenil en cuanto a protagonistas principales y derroteros pero más
picarón de lo que se estilaba a ese respecto en su momento, de ritmo suficiente
pero con altibajos, con algo de sobrepeso al estirar algunas situaciones
demasiado, más cerca de El planeta de la aventura que de La tierra moribunda
pero ninguno de los dos, con varios errores de traducción (bastante obvios, que
yo no soy un cazador de ese tipo de cosas pero me saltaron a los ojos) intermitente en logros, entretenido
en general aunque lejos de lo más importante de la obra de Vance y, por tanto, más para fans incondicionales del autor que para lectores de género.
Destacado. Es Vance, sí, pero no en su esplendor. Lejos de él, en realidad.
Potenciales Evocados. Una sociedad
parecida (sin lo "especial" que caracterizaba a sus distintas facciones) a la que Card nos mostró en Traición, un tono que podría ser el de Brontë haciendo Young
Adult si le hubiera tocado meterse en lides semejantes, algunas intrigas que podrían recordar a las de El último castillo pero
mucho más suaves y con algo de la "intrascendencia juvenil" de Hija de Marte en las atmósferas.