-Con todo, genera ganas de seguir sabiendo más en todo
momento.-
Lo que nos cuenta. En el libro Diástole (publicación original: 2010) conocemos a Jérôme Fournier, pintor de cuarenta y un años que prometía
mucho en sus comienzos y cuya adicción a las drogas lo alejó del éxito
artístico, que es contratado para pintar un cuadro por una persona tan extraña como
las condiciones para elaborar el óleo. Primero, la necesidad del dinero para
pagarse la próxima dosis, y luego, la curiosidad sobre la vida y origen de la
persona que posa para él, Iván, harán que Jérôme se vaya introduciendo en una
situación turbia y potencialmente peligrosa, ya que agentes de la inteligencia
rusa están interesados en Iván y este, a su vez, está interesado en el pintor de una manera inquietante.
Mi opinión. Novela con tendencias góticas (pero
modernizadas, o al menos se ha intentado, no se preocupen) en su narrativa con
lo que prepárense para lo formalmente “florido” en muchas ocasiones
(oscuramente florido, pero florido al fin y al cabo), con algo de existencialismo de la mano del
yonqui que la protagoniza. pero algo forzado por su trasfondo, que juega a romper
el ritmo narrativo y casi consigue ganar el juego, con una trama que hubiese
creado muchas más dudas (para bien) en el lector si no se hubiese encontrado
con la delatora portada primero, abigarrada en algún que otro momento, que
maneja de forma discutible el acelerón y la acción en su última parte, bastante
rápida de leer y, con sus defectos, siempre hace que el lector quiera conocer
más de lo que está pasando (al menos le pasó a un humilde servidor).
Destacado. Que la portada no ayuda nada al libro desde
la perspectiva narrativa, más bien al contrario, pero tal vez sí lo hiciese
desde la comercial, no lo sé.
Potenciales Evocados. El Bubbles de The Wire, pero blanco, europeo
y con dones pictóricos, metido de cabeza en las redes de un tipo con aspecto de
Rasputín y aparentes maneras de gentleman venido a menos, en una trama de algo que no puedo decir por
aquello de los spoilers (si ya sé que la portada ha hecho su daño, sí, pero no
voy a contribuir).