-Entre los vértices de un triángulo formado por lo
curioso, lo raro y lo original.-
Lo que nos cuenta. En el libro Visión ciega (publicación original: Blindsight, 2006) conocemos a Siri Keeton, un sintecista muy reconocido cuyas habilidades se ven
reforzadas por sus patologías neuropsicológicas (y su tratamiento) que forma parte de la
tripulación de cinco especialistas (muy diferentes en personalidad, formación
y, en el caso de uno de ellos, incluso en especie) enviados a finales del siglo
XXI a bordo de la nave Teseo,
controlada por una IA, al punto en el que parece haberse recibido la
información que más de sesenta mil sondas extraterrestres tomaron de
la Tierra de manera repentina. La misión es descubrir al receptor y, si es posible, establecer el
primer contacto con una inteligencia no terrestre.
Mi opinión. Curiosísima novela que paga un enorme
peaje narrativo por lo farragoso de sus desarrollos (que no de sus contenidos) y
afecta al valor intrínseco de lo que se nos quiere contar (aunque, tal vez,
profundizando con algo de malicia, es posible que sea la única forma de contar
la trama sin que se vean a primera vista las “cremalleras del traje de goma
del monstruo”, ya me entienden…) , que sin ser nada nuevo tomando sus
diferentes conceptos por separado sí que lo fue desde la conjunción de los
elementos que ofrece en sus páginas, contada de manera pastosa, poco esperanzadora
en muchos sentidos, de personajes que lucen personalidades límite (y
modificaciones acordes) cada uno a su manera pero que, a la vez que eso hace
muy difícil encontrar puntos en común con el lector, algo que ilustra
a la perfección los “tonitos” lejanos, fríos e impersonales del libro, interesante en cuanto a los alienígenas, irregular
en ritmo y potencia, nada fácil ni cómoda, pero con todo ello una novela de
género poco habitual y con voz singularmente propia.
Destacado. La calificación que muchos le dan de
ciencia ficción Hard y que no acabo de entender de dónde puede venir la idea (ah,
sí, esperen, que terminologías latinas, neurociencias varias, notas y apéndices
con supuestos orígenes técnicos y científicos de cosas poco probables y demás
fuentes de “palabros” y “cocetos” pueden impresionar). O tal vez sea
Hard y es un humilde servidor quien está equivocadísimo, que también puede ser.
Potenciales Evocados. Aquí está el meollo del asunto,
porque en realidad esta novela es la combinación de muchas cosas, desde aires de
Dead Space en versión lovecraftiana a conceptos del Weyland de Charnas, pasando
por disfraces de Greg Egan mal cosidos que, en realidad, se parecen a Arthur C. Clarke pero “oscurecidos, inquietantes y bla bla bla”
e incluso situaciones paridas por Ian Watson, pero cambiando el entorno.