-Sentimientos y (des)afectos muy reconocibles en situaciones poco
habituales.- Edición en español (2020)
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta. El libro La penúltima vez que fui hombre bala (publicación original: 2018, תקלה בקצה הגלקסיה) es una recopilación de relatos del autor que, ya sea desde situaciones cotidianas ofrecidas desde perspectivas poco comunes, desde la ficción convencional, desde escenarios fantásticos, desde premisas de ciencia ficción e incluso desde lo surrealista, con diferentes grados de ironía, nos acerca a emociones muy humanas y que nos permitirá conocer, entre otros, diferentes situaciones de pareja (estable, inestable y hasta inexistente, según los casos), distintos caracteres y realidades infantiles, ejercicios de altruismo no altruista, y, por supuesto, a un hombre bala novato.
Mi opinión. Atractivo trabajo, con tendencia a lo breve en cada caso, que maneja con igual soltura el humor más obvio, el más sutil e, incluso, la seriedad absoluta, para ofrecer instantáneas de mayor o menor carga “realista” realizadas sobre personas con emociones muy reales y muy reconocibles (a poco que se haya vivido) con independencia de lo “fantástica” (o no) que pueda ser la premisa, que además suelen ser emociones de alta complejidad con bastante frecuencia (oscuras en más de una ocasión) y con muchas implicaciones casi siempre, manejadas desde una perspectiva que combina de manera interesante la del observador (tanto el escritor como el lector) como la de quien la analiza (el lector, por supuesto, quiera o no), con tendencia a la localización israelí (mayoritaria, no total) y a la visión hebrea (de según qué cosas) que resulta, en lo importante de verdad, universal por completo.
Destacado. Dragón de hielo, por la idea, la intención, los conceptos, el mensaje, la trama y muchas cosas más. Si bien tiene su propio espacio en esta recopilación, y en ella quizá haya relatos mejores, lo importante es que podría funcionar muy bien en cualquier antología de ciencia ficción actual (al menos, en opinión de este lector).
Potenciales Evocados. Una mezcla fluida de Kelly Link, Milan Kundera, Roald Dahl y Franz Kafka, incluso algo de Santiago Eximeno en ocasiones, pero con un puntito provocador diluido que dichos autores no suelen tener (o, al menos, no lo mostraban en sus obras).