Edición en español (2019) |
Género. Novela.
Lo que nos
cuenta. El
libro El detective que tenía mariposas en el estómago (publicación
original: 2018), con ilustraciones de Manuela Guzmán, nos presenta a Ángel
Sospir, un detective que normalmente es un muerto en vida y que, cuando
trabaja, se convierte en un border collie (o eso cree él…). Ángel autoeditó
tiempo atrás un libro llamado Todas las pequeñas cosas que caben en tu mano,
de relativo éxito, que lo animó a escribir después La historia más triste
del mundo, una novela contratada con un editor. La aparición de la
expeditiva viuda de ese editor y de una clienta acondroplásica pondrán al
detective en el camino de una investigación poco común.
Mi opinión.
Interesante trabajo, con atmósferas y ambientes tan propios como poco
habituales, que ofrece diferentes herramientas técnicas para poder desarrollar el
argumento y ofrecer la trama de la forma tan particular que decidió el autor, con
lo explícito o lo gore como una excusa y no un estilo ni una intención, igual
que pasa con lo delirante y casi absurdo.
Novela
divertida, pero sin perder de vista la seriedad de muchos sentimientos reconocibles que muestra
sin hacer hincapié en ellos, de personajes principales llenos de vida propia
(por extraña que pueda ser), de muy buen ritmo a pesar de (o quizá gracias a) los
cambios de punto de vista o de “registro” y entretenidísima para este lector.
Destacado. A
pesar de todos los recursos del Bizarro que ofrece, y que podrían sugerir lo
contrario, de verdad que me parece un trabajo entrañable repleto de melancolía
y, a su manera, de ternura.
Potenciales
Evocados. Los libros de autoayuda que son revisitados, a su manera, en algunos
fragmentos de Vete a la mierda: el libro para la gente que no es
feliz ni falta que le hace; en cuanto a lo entrañable dentro de las “bizarradas”,
un manejo de sentimientos (algunos diferentes) a lo Me pudriré sin ti; a
escala, Chuck Palahniuk trabajando el subgénero (a escala, no lo olviden).